EL LEGADO CULTURAL DE ROMA
EL LATÍN
En todos los territorios bajo dominio romano se impuso el latín, idioma que sirvió como un elemento de unificación cultural. El latín se convirtió en la base de otros idiomas, como el castellano, el italiano, el rumano, el portugués y el francés, a los cuales se denomina lenguas romances.
LA LITERATURA
Los romanos fueron fuertemente influidos por la tradición literaria griega. Por este motivo, los temas, los géneros, la manera de escribir y los personajes de la literatura romana son, en su mayoría de origen griego.
Los tres principales géneros literarios eran la lírica, la épica y la dramática, todos estos escritos en verso, aunque con sus propias reglas. El resto de los géneros, escritos en prosa, incluyen las novelas, la filosofía y tratan sobre temas científicos, de oratoria, retórica, historia y otros. Si bien la mayoría de estos géneros eran de tradición griega, los romanos crearon algunos géneros como la sátira -el más original de ellos-, cuyo rasgo principal es la crítica.
LA FILOSOFÍA
La filosofía fue cultivada por Séneca, quien hizo grandes aportes al estoicismo y Plotino, filósofo que retomó las doctrinas de Platón e hizo conocidas en Roma, las ideas de este pensador griego.
LA PROSA
Fue muy utilizada para expresar opiniones políticas -como lo hicieron en Cicerón y Julio César- y proponer modelos morales acerca de la sociedad romana, como en el caso de Catón, político conservador patricio.
LA POESÍA
Estuvo representada por Lucrecio, autor del poema didáctico De rerum natura en el que argumenta que los dioses no intervienen en asuntos humanos; Catulo, el primer gran poeta lirico en latín, y Virgilio, el mas grande de los poetas latinos, autor de Églogas, Geórgicas, y la Eneida.
LA HISTORIA
Estuvo representada por Tácito, el más grande historiador romano, autor de Diálogo de los oradores y Germania; y Tito Livio, quien escribió la Historia de Roma. Sus relatos incluyen la fundación de la ciudad, la segunda guerra púnica y la conquista de Galia, Grecia y parte del Asia Menor.
LA RELIGIÓN
La religión era muy importante en la vida de los romanos, que eran politeístas. Los dioses principales eran Júpiter, Juno y Minerva, a los que se conocía como la tríada capitolina
Los romanos construyeron templos para realizar los ritos religiosos. Los templos romanos eran muy parecidos a los griegos; la principal diferencia es que se levantaban sobre un podio. El capitolio era el templo dedicado a la tríada capitolina.
Los romanos tenían un pequeño altar en sus hogares en el que rendían culto a tres grupos de divinidades: los lares, que eran los genios protectores del hogar; los penates, que eran los dioses que se aseguraban el abastecimiento de las casas y los manes, que eran los espíritus de los antepasados. El culto doméstico lo dirigía el padre de familia. En los tiempos de Augusto y sus sucesores, los emperadores eran considerados dioses y se les rendía culto.
Permitían a los pueblos conquistados que continuaran manteniendo su religión, y a menudo rendían culto a sus dioses. Por ejemplo, adoptaron los dioses griegos, a los que cambiaron de nombre e incorporaron numerosos dioses orientales, como Isis, Cibeles y Mitra. Estos últimos fueron ampliamente acogidos por la población romana debido a que, a diferencia de la religión oficial, ofrecían una esperanza de vida después de la muerte.
EL CALENDARIO
Los romanos usaban distintos calendarios lunares. Para unificar la lectura de días y meses, acordaron hacer un calendario lunar común de 304 días distribuidos en 10 meses. Sin embargo como aún causaba confusión, los sacerdotes lo reajustaban anualmente en el último mes.
El año comenzaba en martius (marzo), mes de Marte, dios de la guerra, y acababa en februarius (febrero). Julio César ordenó reformar este calendario romano, tarea que encargó Sosígenes de Alejandría. En honor del César, ese calendario recibió el nombre de juliano.
En el nuevo calendario que se implantó en el año 46 a.C., se acordó que todos los años tendrían 365 días, por lo que empezarían en el mes de januarius (enero). Cada cuatro años, sin embargo, se añadiría un día. A los años de 366 días se les llamó bisiestos