Gravedad
En la teoría newtoniana de la gravitación, los efectos de la gravedad son siempre atractivos, y la fuerza resultante se calcula respecto del centro de gravedad de ambos objetos (en el caso de la Tierra, el centro de gravedad es su centro de masas, al igual que en la mayoría de los cuerpos celestes de características homogéneas). La gravedad newtoniana tiene un alcance teórico infinito; la fuerza es mayor si los objetos están próximos pero a mayor distancia dicha fuerza pierde intensidad. Además Newton postuló que la gravedad es una acción a distancia (y por tanto a nivel relativista no es una descripción correcta, sino solo una primera aproximación para cuerpos en movimiento muy lento comparado con la velocidad de la luz).
Isaac Newton
la fuerza gravitacional puede medirse a través de distintas fórmulas, dependiendo del enfoque físico específico (mecánica clásica o relativista), y usualmente se representa, como otras fuerzas, en kilogramos de fuerza o en Newtons (N).
Algunos ejemplos que constatan el accionar de la fuerza de gravedad son los siguientes:
La aceleración que presenta un objeto en caída libre, como dijimos antes: al actuar sobre él la fuerza gravitatoria debido a la Tierra, la velocidad a la que se desplaza aumenta progresivamente en el tiempo.
El caso contrario: un objeto arrojado con todas nuestras fuerzas en línea recta, sufrirá una desaceleración en su movimiento debido a la fuerza gravitatoria que actua en dirección hacia el centro de la Tierra, y que termina obligándolo a caer libremente.
La orbitación de los planetas alrededor de astros de mayor tamaño, como los planetas en torno al Sol, o las lunas y satélites naturales en torno a los planetas. Así ocurre con nuestro mismo planeta y nuestra luna
Los meteoritos que se acercan o chocan incluso con la Tierra u otros planetas, lo hacen atraídos por sus grandes masas.
Metiorito