par juan guarin Il y a 1 année
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La nanotecnología o robots diminutos, que se miden en nanómetros. Son una tecnología que aún tiene mucho camino por recorrer en su desarrollo, sin embargo, empiezan a surgir algunos proyectos pioneros. Esta tecnología pretende llevar la medicina al nivel de la célula, para el suministro de medicamentos, terapias genéticas o diagnósticos in vivo. Cobra especial relevancia en ciertas situaciones como la quimioterapia contra el cáncer, en la que la terapia quedaría dirigida únicamente contra las células cancerosas. En el caso de los implantes, los nanosensores podrían detectar fases tempranas de infección o rechazo e incluso iniciar una medicación in situ automática. La Universidad del País Vasco tiene un grupo de investigación enteramente dedicado a estas cuestiones y ya ha desarrollado un apósito biodegradable con nanofibras que actúa como segunda piel y favorece la cicatrización en heridas crónicas.
La cadena de bloques o blockchain es la tecnología que sustenta las criptomonedas, como el bitcoin. Esta tecnología funciona como una gran base de datos distribuida que permite el almacenaje, protección y trazabilidad de datos. Su aplicación puede ser muy amplia, desde las propias criptomonedas hasta las cadenas de suministro en industrias como la energética, la farmacéutica o la alimentaria. En el campo de la salud, una contribución muy importante sería el historial clínico único y controlado por el propio paciente, de forma que éste tendría a disposición, tanto propia como de sus médicos autorizados, toda su información clínica: pruebas, tratamientos, hospitalizaciones, alergias, medicación, etc. con total trazabilidad para evitar duplicidades, registrar tratamientos o fármacos que han surtido efecto, detectar negligencias… Todo esto solamente es un planteamiento en la actualidad, aunque ya existen algunos agentes que prestan este servicio, como aetsoft.
La impresión 3D está muy presente en la industria y en las últimas fechas hemos visto como muchas empresas se han adaptado para aportar su granito de arena en la lucha contra el coronavirus, fabricando pantallas protectoras y piezas para respiradores artificiales. Sin embargo, esta tecnología también permite generar modelos muy realistas para ensayar operaciones complejas. Además ha ido más allá con la bioimpresión de órganos y tejidos, dejando vislumbrar en un futuro no muy lejano su posible gran contribución a la medicina de los transplantes.
El internet de las cosas, IoT de sus siglas en inglés, es la tendencia cada vez mayor de conectar dispositivos cotidianos a la red, de forma que están constantemente enviando datos para su análisis en tiempo real. Gracias a esta tecnología, el desarrollo de wearables relacionados con el cuidado sanitario ha sufrido un desarrollo exponencial en los últimos años. Existen desde relojes y pulseras inteligentes que monitorizan el ritmo cardiaco, los niveles de glucosa, la presión arterial, la actividad, el consumo de calorías o el sueño de las personas, hasta ropa inteligente o sensores adheridos al cuerpo. Un ejemplo destacado de este tipo sería el reloj embrace que detecta un posible ataque epiléptico y avisa a los cuidadores. También la camiseta Nuubo que monitoriza a pacientes con dolencias cardiacas mediante el registro del electrocardiograma con estándares clínicos y otras mediciones para anticiparse a posibles riesgos cardiacos.
A diferencia de la realidad virtual en la que el escenario generado está en un espacio virtual, como unas gafas opacas de realidad virtual, la realidad aumentada agrega elementos artificiales en un escenario real. Esta tecnología combina los elementos físicos del entorno de forma interactiva. Desde simulaciones anatómicas para aprendizaje médico a la proyección sobre el propio paciente de pruebas radiológicas o reconstrucciones de tejidos en 3D que dotan a los médicos de información adicional en tiempo real, incluso durante una cirugía. Claros ejemplos ya en uso son las HoloLens de Microsoft para estudiantes de anatomía o la detección de las venas de un paciente mediante AccuVein.
Si bien la IA no es una tecnología reciente, sí lo es su uso generalizado. Esto se debe al gran avance en las capacidades de almacenamiento y procesamiento de grandes cantidades de datos (Big Data) de los equipos informáticos actuales. De la mano del aprendizaje automático (machine learning) la IA es una realidad en el mundo de la salud, como ya se ha comentado en este blog.