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par Doménica C Il y a 3 années

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CAPITULO V Lo feo, lo cómico y lo obsceno

La figura de Príapo, hijo de Afrodita, simboliza la estrecha relación entre lo feo, lo obsceno y lo cómico, siendo una representación monolítica de esta conexión. Su característica física exagerada, que lo hace ridículo, realza la comicidad y la obscenidad.

CAPITULO V
Lo feo, lo cómico y lo obsceno

CAPITULO V Lo feo, lo cómico y lo obsceno

4. LA CARICATURA

Al poner énfasis en algunas características del sujeto, pretende lograr un conocimiento más profundo sobre su carácter.
No solo denuncia la fealdad, también destaca características físicas, intelectuales o morales que hacen amable al sujeto.
Nace como instrumento polémico frente a una persona o categoría social.
Exagera un aspecto del cuerpo para burlarse o denunciar un defecto moral a través de un defecto físico.

Ejemplo: El contrato de venta, Quentin Metsys.

1. PRÍAPO

Monolítico, antítesis de un dios, oprimido por su soledad.
Ejemplo: Lamento de Príapo, Horacio. Sátiras I, 8
Una figura obscena considerada ridícula a causa de su exorbitante miembro.
Simboliza la estrecha relación entre fealdad obscenidad y comicidad.
Hijo de Afrodita y protector de la fertilidad, dotado de un órgano genital enorme.
Su madre disgustada por su complexión lo rechaza.

3. LA LIBERACIÓN RENACENTISTA

Al pretender representar "bellamente" lo desagradable y lo considerado tabú, separa lo feo de lo obsceno.
La obscenidad se convierte en entretenimiento de la literatura silenciosa.

Ejemplo: Ilustración de Gargantúa y Pantagruel, Gustave Doré.

El arte de las cosas cultas ahora se atribuye a los plebeyos.
Lo decible e indecible supone una nueva revolución cultural.
La fiesta carnavalesca se transforma en literatura culta y los hábitos eclesiásticos asumen una función filosófica.
En una sociedad que defiende el predominio de lo humano y terrenal sobre lo divino, lo obsceno es de orgulla afirmación.

2. SÁTIRAS CONTRA EL RÚSTICO Y FIESTAS CARNAVALESCAS

Las fiestas de locos se caracterizaba por una mueca de enajenación, en su última forma, una máscara bufonesca.
Mediante un acto de desafío, se remide la fealdad y lo deforme se acepta e impone como modelo.
El pueblo vengaba alegremente el poder feudal y eclesiástico participando en fiestas de tipo carnavalescas.
Dominan las representaciones grotescas del cuerpo, parodia de cosas sagradas y se permite subvertir el orden social.
Aparecen manifestaciones de desprecio que el mundo feudal y eclesiástico sentía hacia los campesinos.
Las deformidades del rústico eran celebradas con sadismo y la gente se divertía a costa de los mismos.

Ejemplo: El boyero, Chrétien de Troyes.