Conflicto Por José M. Perera
Tipos de conflictos
Conflictos personales. En estos conflictos, los participantes tienen prejuicios entre sí y suelen estar unidos por lazos más estrechos. Muchas veces el origen de los conflictos personales tiene relación con factores emocionales.
Conflictos armados. En los conflictos armados los grupos suelen ser militares o paramilitares y pretenden obtener el poder, territorio o recurso disputado a la fuerza.
Conflictos filosóficos. En los conflictos filosóficos las diferencias son subjetivas a cada filósofo, es decir que no todos ven las cosas de igual manera o se encuentran en la misma postura. Cada uno tiene su interpretación sobre un tema, una escuela o un problema y muchas veces cada visión excluye a las demás. Estos conflictos no generan conflictos mayores o más violentos.
Conflictos políticos. En los conflictos políticos los bandos o sectores intentan obtener el poder político, económico y territorial de un estado. La predominancia de un sector significa la ausencia de la otra facción en el poder, salvo en maneras indirectas y menos importantes. En algunas ocasiones los conflictos políticos desencadenan guerras civiles o conflictos armados entre países.
Conflictos religiosos. En los conflictos religiosos podemos encontrar diferentes sectores enfrentados dentro de un mismo culto tanto como diferentes cultos que se oponen entre sí. Las pugnas tienen que ver con la interpretación de las escrituras correspondientes o las doctrinas que se eligen adoptar. Estos conflictos han tenido desenlaces violentos a lo largo de la historia. Incluso es muy usual ver conflictos religiosos provocados por dos o más cultos que se autodenominan «la religión verdadera».
Conflictos ideológicos. En los conflictos por ideologías políticas las posturas de los individuos enfrentados son opuestas o defienden intereses de clases distintas. Las diferencias de las posturas serán muy claras y en algunos casos podrían convertirse en conflictos armados si una o las dos partes tiene o pretende el poder de una nación. En la política es normal y esperable un conflicto ideológico que se pueda debatir y, a veces, las argumentaciones son agresivas. En los conflictos por ideologías políticas es muy común observar despliegues propagandísticos.
Conflictos de grupo. En los conflictos de grupo el problema se origina entre más de dos personas por motivos religiosos o ideológicos, políticos o económicos.
El conflicto podemos considerarlo como una una divergencia en los intereses de dos partes necesarias con respecto a un mismo fin, por lo que para su resolución deberán seguramente aceptar que ninguno de los dos objetivos podrá satisfacerse completamente.
El conflicto puede ser:
Multilateral (un grupo de varias personas que se encuentra fracturado a través del conflicto).
Bilateral (dos partes que quieren algo, cada una de la otra),
Unilateral (una persona que tiene una queja o disputa con otras),
Causas del conflicto
Una de las causas más frecuentes en el desarrollo de un conflicto es la comunicación. La comunicación es básica en la relación entre dos o más personas, pero también es una de las principales fuentes de conflictos y es de vital importancia en su solución.
Es muy importante cuidar al máximo la forma en que nos comunicamos con los demás. Para ello, hay que tener en cuenta tanto los aspectos verbales como los no verbales.
Una comprensión o interpretación inadecuada del mensaje pueden provocar un conflicto, pero ocurre lo mismo cuando nuestro interlocutor presenta un comportamiento defensivo, mantiene una actitud hostil o realiza excesivas preguntas. Esto puede hacer que el otro se sienta interrogado.
A parte de la comunicación, se establecen varias causas para que se produzca un conflicto:
Problemas de relación: existen dificultades en la relación entre dos o más personas debido a la aparición de comportamientos inesperados o inapropiados, estereotipos y prejuicios, etc.
Problemas de información: los implicados pueden tener diferentes percepciones sobre algo, lo que impide que se pongan de acuerdo y se genera una discusión.
Intereses y necesidades incompatibles: pueden ser materiales o inmateriales, pero al no coincidir provocan un conflicto.
Por preferencias, valores o creencias: tienen una connotación emocional o psíquica. No compartir una serie de valores, creencias o preferencias puede impedir el acercamiento y la buena relación entre las personas.
Conflictos estructurales: se refieren fundamentalmente a los roles que se asumen en una relación, a la simetría o asimetría de poder.
Elemetos del conflicto
Los elemntos que conforman el conflicto son tres:
El proceso
Comprender el proceso significa entender su historia. Esto implica, por un lado, conocer CUÁNDO SURGIÓ (no es lo mismo enfrentarnos a un conflicto que acaba de surgir que a otro que apareció tiempo atrás) y, por otro, atender a su trayectoria, a la tensión existente en ese momento, a lo que se conoce como la ESCALADA DEL CONFLICTO. Según el conflicto esté más o menos escalado, se podrá abordar de una u otra manera.
El problema
Es importante para el mediador saber distinguir entre lo que es un conflicto y un problema, puesto que un problema mal definido o resuelto puede llegar a ser el origen del conflicto. También hay que saber identificar el origen del conflicto y definirlo.
| Conflicto = Relación |
| Problema = Situación|
• El problema es una situación cuya percepción nos alerta de que el acontecimiento en cuestión atenta contra nuestro bienestar, afectando a nuestros objetivos, valores o necesidades.
• El conflicto, por otro lado, es la relación disfuncional que se ha ido estructurando poco a poco, por lo que no es un momento puntual de discusión.
Las personas
Dentro de este elemento, hemos de atender tanto la MAGNITUD del problema, como la PERCEPCIÓN que cada persona tiene del mismo
La PERCEPCIÓN es la interpretación que cada uno hace del mundo exterior. El conflicto estará conformado por todas las percepciones de las personas involucradas en el conflicto. De esta manera, seremos conscientes de todos los puntos de vista sobre la materia controvertida.
La MAGNITUD implica saber cuánta gente hay implicada en el conflicto. Al abordar un conflicto no hemos de centrarnos únicamente en las personas directamente implicadas en el mismo, sino que hay tener muy en cuenta a aquellas otras que lo están indirectamente, analizando su influencia y las uniones, coaliciones y/o alianzas existentes entre ellas.