La corrupción, un fenómeno que implica el uso indebido del poder estatal para el beneficio personal, tiene graves repercusiones en los ámbitos políticos, económicos y sociales. Entre sus manifestaciones se encuentran el soborno, la extorsión, el fraude y el tráfico de influencias, todas formas de comportamiento deliberado que socavan la integridad y la confianza en las instituciones públicas.