par Laura Ruiz Il y a 8 années
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El mal uso de la tecnología puede crear adicción o aislamientos de las personas, además puede distorsionar la realidad, provocar fraudes, plagio, fanatismo e idealismo y crear desigualdades.
Si no se eligen sitios o portales adecuados podemos caer en el engaño o lo que es peor caer en el no aprender u obtener conocimientos falsos.
La capacitación continua es necesaria por lo que el docente tiene que invertir recursos (tiempo y dinero) en ello.
Hay que disponer de un presupuesto generoso y frecuente que permita actualizar los equipos periódicamente. Además hay que disponer de lugares seguros para su almacenaje para prevenir el robo de los equipos.
Se tiene acceso a infinidad de investigaciones, documentos y fuentes que son materia de estudio y que nos permite evitar traslados innecesarios y ahorros importantes.
Dada su facilidad de manejo, motiva el autoaprendizaje y promueve las ganas de querer buscar y conocer más.
La combinación de textos, gráficos, sonido, fotografías, animaciones, videos, etc. permite transmitir el conocimiento de manera mucho más natural, vívida y dinámica, lo cual resulta crucial para el aprendizaje.
Hoy nos enfrentamos a una generación nueva de estudiantes, una que halla natural y entretenido el uso de las nuevas tecnologías, una que prefiere la proyección de un video ante la lectura de un libro. Por consiguiente, el uso de estas en el salón de clases ayudará a promover su motivación e interés para ir a clases y aprender algo nuevo.
Dada la característica de simultáneo que posee un recurso como el internet, los estudiantes pueden enviar sus tareas y asignaciones con solo un click, pueden interactuar con sus compañeros y profesor desde la comodidad de su casa o desde un café internet haciendo uso de salas de chat y foros de discusión. El profesor puede publicar notas, anotaciones, asignaciones y cualquier información que considere relevante, desde la comodidad de su casa u oficina y de manera casi instantánea por medio de su blog o página web.
A pesar de que en nuestros salones ya encontramos nativos digitales, no todos los estudiantes conocen y manejan todos los recursos. Existen infinidad de instrumentos de los que no tenemos conocimiento y que son completamente beneficiosos para la educación. Al implementarlos en el salón de clases aprenden tanto docentes como estudiantes.
El uso de diferentes instrumentos (por ejemplo el internet) permiten abordar un tema desde diferentes enfoques y esto ayuda a enriquecer el pensamiento crítico.
Partiendo de la enseñanza o instrucción de cómo usar los materiales, que propicia un ambiente cooperativo pues en un salón de clases hay estudiantes a los que se les facilita la tecnología más que a otros y por consiguiente pueden ayudar a los demás. Además, de la gran variedad de instrumentos que se pueden usar en salón de clases pueden diseñarse diferentes actividades de trabajo en grupo donde el intercambio de ideas y la cooperación sean requisito.
Como docentes todos hemos vivido el temido fracaso de aquella lección que pretendía hacer uso de instrumentos tecnológicos que no funcionaron a la hora de usarlos. En ese momento hay que hacer gala de nuestra creatividad y recurrir a otras actividades.
Frecuentemente el profesor se siente agobiado por su trabajo por lo que muchas veces prefiere el método clásico evitando de esta manera compromisos que demanden tiempo y esfuerzo.
Dada la cantidad, variedad e inmediatez de información, los chicos puedan sentirse saturados y en muchos casos se remiten a “cortar y pegar” información sin procesarla. El interés al estudio pueda que sea sustituido por la curiosidad y exploración en la web en actividades no académicas tales como diversión, música, videos, etc.