La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo contra una amplia variedad de patógenos, actuando de manera rápida y no específica. No requiere contacto previo con el patógeno para activarse y no se modifica ni cualitativa ni cuantitativamente después de dicho contacto.
Células dendríticas: tejidos periféricos. Presentación de antígenos a los linfocitos. Puente con inmunidad adaptativa
Neutrófilos: leucocitos más abundantes, etapa temprana de reacciones inflamatorias; activado por: productos bacterianos, proteínas del complemento (C5a), complejos inmunes (IC), citoquinas
Macrófagos: fagocitan patógenos y desechos celulares. Pueden actuar como centinelas. Liberan citocinas proinflamatorias. Produce especies reactivas de oxígeno.
Células NK: defensa inespecífica, lisa células infectadas (virus, bacterias, protozoos) y células tumorales
Barreras, células especializadas y moléculas solubles. Independientemente del contacto previo. No cambia cualitativa ni cuantitativamente tras el contacto
barrera biológica: microbiota, proteína C reactiva, fiebre