Tres de los reyes más destacados de Israel fueron David, Saúl y Salomón. David, consagrado por el profeta Samuel, gobernó desde el 1003 a.C. hasta el 966 a.C. Reconocido por su justicia y valentía, protegió a su pueblo de enemigos y mostró madurez al enfrentar sus errores, como en el caso de su enfrentamiento con Goliat.