Los problemas auditivos pueden surgir por diversas causas, incluyendo la exposición a ruidos intensos en fábricas. La pérdida de audición varía en severidad, desde dificultades leves que pueden mejorar con ayuda, hasta la sordera total que impide escuchar cualquier sonido.
Entre las consecuencias psicológicas se incluyen desde la vergüenza y los problemas de concentración hasta la depresión y la baja autoestima. Las consecuencias físicas pueden variar desde dolores de cabeza y tensión muscular hasta estrés y aumento de la presión arterial.