A lo largo de los años, los dispositivos de almacenamiento han experimentado una notable evolución en términos de capacidad y tecnología. Desde los primeros discos duros como el Seagate ST-506, que ofrecía apenas 5 MB de almacenamiento, hasta las modernas unidades SSD con capacidades que alcanzan los 66,44 TB, se ha recorrido un largo camino.