La empresa familiar se distingue por la propiedad y el control en manos de una familia, enfocada en asegurar su continuidad a través de generaciones. Esta estructura implica una fuerte interdependencia entre la familia y la empresa, lo que requiere una planificación y organización cuidadosas.
Si el propietario quiere garantizar la
continuidad de la empresa familiar, debe
planificar y organizar adecuadamente las
relaciones familia-empresa y los órganos
de gobierno que han de servir para dirigir y encauzar dichas relaciones
La responsabilidad incluye el respeto de los límites de las funciones de la propiedad, la comprensión del negocio y el liderazgo del proceso de gobernanza.
Compartir una visión a largo plazo proporciona estabilidad estratégica y mejora la asunción de riesgos. La propiedad responsable tranquiliza al consejo, a la dirección y a los demás accionistas.
La empresa familiar se caracteriza porque la propiedad y el control se encuentran en manos de una familia
Por una vocación de continuidad de la empresa hacia generaciones futuras y por
una fuerte interdependencia entre los sistemas familia y empresa.
La propiedad es la facultad que tiene la empresa para disponer de un objeto, siempre y cuando este dentro de lo que permitan las leyes.