a Maria Fernanda Moreno 1 éve
208
Még több ilyen
Actualmente sabemos que la familia no equivale a la simple cohabitación.
La familia es un hecho primordial para el genero huma- no en cuanto que en ella el individuo puede convertirse en persona en el sentido más pleno.
Es en la familia donde el niño aprende a canalizar los instintos, los sentimientos, las pasiones hacia expresiones culturales adecuadas.
En las actuales sociedades occidentales, la familia está caracterizada por ser una forma social sometida a impulsos aparentemente opuestos que la hacen más difícil de captar, o incluso de vivir.
La familia es definida desde un «cómo» y no por el sentido que tiene su construcción social.
En todas las sociedades conocidas, la familia prevé un matrimonio.
Los agregados domésticos se agrupan en cinco tipos: simple o nuclear, sin estructura, solitario, extenso y múltiple.
El símbolo de la familia es de los más fuertes, estables y relevantes en el tiempo de la vida social.
En la formación histórico-social primitiva: La familia es absorbida por la parentela y esta última coincide con la tribu.
En la formación histórico-social tradicional: la familia es concebida como un agregado natural que coincide con la «casa» (oikìa) como doble unión de hombre y mujer (con sus hijos) y entre jefe y esclavo.
En la formación histórico-social burguesa: nacen nuevas familias que, con el paso del tiempo, formarán la «burguesía» como clase dominante en la sociedad moderna.
En la formación histórico-social postindustrial: La familia se resiente de este nuevo «ambiente», en el sentido de que, al estar menos protegida por el Estado como institución social, cae en manos de un mercado que se orienta por lógicas comunicativas de ostentación y de imagen.
«Familia» designa una amplia gama de formas sociales primarias que presentan estructuras relacionales diversificadas y diferentes según las culturas.
El declinar de una representación dominante de familia no indica la desaparición de la familia.