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a Valentina Gutiérrez Villar 2 éve

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EL SER, ACTO ÚLTIMO DE LOS ENTES

La obra analiza la metafísica de Santo Tomás, enfocándose en la noción del ser como el acto último que otorga realidad e inteligibilidad a las esencias. Esta perspectiva reinterpreta el ser no como una simple adherencia a las esencias, sino como un componente esencial que define la existencia en el pensamiento.

EL SER, ACTO ÚLTIMO DE LOS ENTES

EL SER, ACTO ÚLTIMO DE LOS ENTES

EL SER COMO ACTO, NUCLEO DE LA METAFISICA DE SANTO TOMAS

El ser, mantenido hasta ahora como una adherencia extraña en un mundo de esencias, se ve definitivamente sustituido por el acto de la razón que da inteligibilidad a las esencias y les otorga la única realidad que la inmanencia admite: la realidad pensada.
La noción de esse como acto último y la composición de ser y esencia, característica de toda criatura, constituyen uno de los temas primordiales de la metafísica y de la teología de Santo Tomás.
5. La distinción entre la criatura espiritual y material.
4. Dependencia absoluta de todos los entes con respecto a Dios.
3. Semejanza de la criatura con Dios y conocimiento del Creador.
2. La distinción entre Dios y las criaturas.
1. Naturaleza metafísica de Dios.

LA COMPOSICION ESENCIA-ACTO DE SER, ESTRUCTURA FUNDAMENTAL DE LOS ENTES CREADOS

Dios, al crear, produce entes de la nada, es decir, un acto de ser limitado por su propia esencia; no dos cosas diversas, que primero hace y después une, sino una sola cosa, limitada y, por tanto, compuesta de potencia (esencia) y acto (esse).
El ser y la esencia, principios inseparables de los entes
La composición esencia-acto de ser es de un orden trascendental, porque acompaña necesariamente a todos los entes creados, materiales y espirituales.

EL SER Y LA SENCIA SE DISTINGUEN REALMENTE

El punto de encuentro entre la criatura y su Creador es el ser
La plena subordinación de la realidad finita al Ser subsistente. Esa sujeción es:

Intimísima

Total y omnicomprehensiva

Radical

Esto sólo es posible si la esencia y el acto de ser -únicos principios constitutivos que afectan a todas las criaturas- son realmente diversos.
Recogemos ahora tres argumentos: 1) Por la limitación de las criaturas.
2) Por la multiplicidad de los entes creados.

3) Por la semejanza de los entes entre sí.

EL SER, ACTO EN SENTIDO PLENO

El ser puede designarse con propiedad acto último del ente, porque todas las cosas y cada una de sus perfecciones o actos no son más que modos de ser, formas que poseen limitadamente (por participación) el acto radical sin el que nada serían.
Se comprende así que Dios pueda ser denominado metafísicamente como Acto puro de Ser, que contiene en plenitud y simplicidad toda la perfección parcialmente dispersa entre las criaturas, y sobreabunda infinitamente toda la perfección del universo entero
El acto de ser es el acto en sentido lleno y propio, porque no incluye en sí ninguna limitación.

EL SER, ACTO QUE ENGLOBA TODAS LAS PERFECCIONES

Análogamente: El acto de ser de las criaturas -semejanza del ser divino- se encuentra limitado por una potencia (la esencia) que degrada su plenitud de perfección.
Existe una diferencia capital entre el acto de ser y los demás actos de los entes (formas sustanciales y accidentales).
Los entes tienen un acto (el ser), por el que son entes.

EL ACTO DE SER, FUNDAMENTO ULTIMO DE LA REALIDAD

Todo acto presupone el ser y lo manifiesta, si bien de un modo distinto.
El ser trasciende cualquier otra perfección.
La multiplicidad de criaturas revela la existencia de perfecciones diversas y, al mismo tiempo, muestra una perfección común a todos los entes, que es el (ESSE).