La evaluación en el ámbito educativo debería trascender los métodos tradicionales de diagnóstico, formación y sumativa. Se destaca la importancia de un enfoque más naturalista e informal, donde el docente juega un papel central en un ambiente de trabajo diversificado y autónomo.
Más allá de la fórmula "evaluación diagnóstica, formativa y sumativa"
Ya explicamos cómo la evaluación diagnóstica debe tomarse con prudencia, dentro de los limites de lo posible y deseable. Creemos poco en momentos especiales para "diagnosticar".
EI engaño de las "evaluaciones diagnósticas"
Cada niño, cada niña, es demasiado complejo para poder diagnosticarlo gracias a algunas rápidas pruebas.
Evaluación como ayuda
Nuestra propuesta es que la evaluación se centre en ser una ayuda para que el estudiante siga aprendiendo mejor.
Las múltiples funciones sociales de la evaluación
Las discriminaciones, la justificación de las desigualdades, el control sobre los menos poderosos, tienden a manifestarse particularmente en este momento.
EI portafolio
Una idea interesante es que cada niña y cada niño vayan elaborando a lo largo del año escolar su portafolio.
Instrumentos de evaluación.
EI mejor instrumento: el docente
La evaluación informal y naturalista que proponemos se hace posible en un ambiente de trabajo diversificado, donde diferentes niños, individualmente o por equipos, laboran autónoma mente en variadas actividades, de forma organizada y responsable.
La vacuidad pedagógica de los exámenes
Consideramos que los exámenes son un mecanismo demasiado artificial de evaluación, son medios especiales que requieren momentos especiales.
EI errar es parte del aprendizaje
Los errores ayudan al docente a determinar dónde debe hacer hincapié la nueva enseñanza, qué apoyos resultan más necesarios, qué reorientaciones es conveniente realizar.