Filosofos
Santo Tomas de Aquino
La ética y la virtud
En su ética, Tomás se basa en la filosofía aristotélica y enfatiza la importancia de las virtudes. Para él, la felicidad suprema se logra a través de la vida virtuosa y el cumplimiento de la ley natural. Las virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) y las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) son fundamentales para alcanzar el bien.
La ley natural
Santo Tomás desarrolló la idea de la ley natural, que sostiene que hay principios morales universales que pueden ser conocidos a través de la razón. Esta ley natural es un reflejo de la ley eterna de Dios y guía la conducta humana hacia el bien.
Cinco vías para demostrar la existencia de Dios
La vía del orden del mundo
La orden y el propósito en la naturaleza indican la existencia de un ser inteligente que les da orden, es decir, Dios.
La vía de la perfección
Las cosas son más o menos perfectas; debe haber una perfección suprema, que es Dios.
La vía de la contingencia
Observa que hay cosas que existen y otras que no. Debe haber algo que existe necesariamente, que es Dios.
La vía de la causalidad
Todo efecto tiene una causa, y debe haber una causa primera, que es Dios.
La vía del movimiento
Argumenta que todo lo que se mueve debe ser movido por algo, y este movimiento debe tener un origen que es Dios.
Santo Tomás es famoso por su enfoque en la armonización de la fe cristiana con la razón. En su obra "Suma Teológica", sostiene que la razón y la fe son complementarias y que ambas pueden llevar a la verdad. Mientras que la fe revela verdades divinas, la razón puede demostrar la existencia de Dios y explicar ciertos aspectos de la fe.
San Buenaventura
El conocimiento de Dios
La mística y la contemplación
Buenaventura es conocido por su enfoque en la vida mística y la contemplación. Para él, la experiencia de Dios es personal y se alcanza a través de la meditación y la oración. Esta experiencia es esencial para la comprensión plena de la fe.
La importancia de la gracia
Al igual que San Agustín, San Buenaventura enfatizó la importancia de la gracia en la vida del creyente. Creía que la salvación es un regalo de Dios y que los seres humanos no pueden alcanzar la verdad última sin la ayuda divina.
En su obra "Itinerarium Mentis in Deum" ("El Itinerario del Alma hacia Dios"), Buenaventura expone un camino místico hacia el conocimiento de Dios. Propone que la mente humana puede elevarse hacia Dios a través de un proceso que va desde las criaturas visibles hasta la comprensión del Creador.
San Buenaventura defendió que la fe y la razón son complementarias. Afirmó que, aunque la fe es un don divino y está por encima de la razón, esta última puede preparar el camino para una comprensión más profunda de la fe. Creía que la razón puede llegar a conocer verdades sobre Dios, pero que la revelación es necesaria para entender plenamente la naturaleza divina
San Alberto Magno.
Ética y moral
En su ética, Alberto Magno integró la filosofía aristotélica con la enseñanza cristiana. Defendió la idea de que la virtud es esencial para alcanzar el bien supremo, que es Dios. También abordó temas como la justicia, la paz y la vida en sociedad, argumentando que la ética debe estar fundamentada en la razón y la naturaleza humana.
Estudio de la naturaleza
Conocido como el "Doctor Universal", Alberto Magno realizó contribuciones significativas al estudio de la naturaleza. Escribió sobre biología, zoología, mineralogía, botánica y astronomía. Se le atribuye la introducción del método empírico en el estudio científico, enfatizando la observación y la experiencia como fundamentales para el conocimiento.
Conocimiento natural y revelación
Alberto distinguió entre el conocimiento que se puede obtener a través de la observación y la razón (conocimiento natural) y el conocimiento que se recibe a través de la revelación divina. Creía que ambos tipos de conocimiento son válidos y que se complementan entre sí.
La síntesis entre fe y razón
Alberto Magno promovió la idea de que la fe y la razón son dos caminos que conducen a la verdad. Argumentó que la razón puede contribuir a la comprensión de la fe y que ambas pueden coexistir sin conflicto. Esta perspectiva fue fundamental para la posterior obra de su alumno, Santo Tomás de Aquino.
San Agustín
La ciudad de Dios vs. la ciudad terrenal
En "La Ciudad de Dios", Agustín distingue entre la "Ciudad de Dios", que representa la comunidad de los creyentes y su relación con Dios, y la "ciudad terrenal", que representa el orden secular y las preocupaciones mundanas. Esta distinción ha influido en la comprensión del papel de la iglesia en la sociedad.
El pecado y la gracia
Agustín desarrolló una profunda comprensión del pecado original, que sostiene que la humanidad está inherentemente inclinada al pecado. Sin embargo, también enfatiza la importancia de la gracia divina, que es necesaria para la salvación.
La naturaleza del tiempo
En sus "Confesiones", Agustín reflexiona sobre la naturaleza del tiempo. Sostiene que el tiempo es una creación de Dios y que solo existe en relación con la creación; el pasado ya no existe, el futuro aún no ha llegado, y el presente es efímero.
La relación entre fe y razón
Aunque defendía la fe cristiana, Agustín también creía que la razón y la fe eran compatibles. En su obra "La Ciudad de Dios", argumenta que la razón puede ayudar a comprender y apoyar la fe.
La búsqueda de la verdad
Agustín enfatiza la importancia de buscar la verdad y el conocimiento. A lo largo de su vida, exploró diversas corrientes filosóficas, como el maniqueísmo y el neoplatonismo, antes de encontrar su verdad en la fe cristiana.