La ancianidad es una etapa crucial en el ciclo de vida humano, caracterizada por cambios significativos tanto físicos como mentales. A partir de los 60 años, las personas experimentan una disminución progresiva de la fuerza física y un ritmo más lento en la regeneración celular, lo que contribuye a la aparición de arrugas y a la pérdida de hidratación de la piel.