Durante el siglo XIX, la población colombiana experimentó diversas fluctuaciones y retos en la precisión de los censos. Los esfuerzos iniciales de recuento en el virreinato y los primeros censos nacionales en 1825 revelaron un crecimiento poblacional significativo en regiones como Antioquia, mientras que otras como Boyacá y Santander mostraron cifras inferiores.