Durante los años 90, el chocolate se destacó como un ingrediente esencial en la mayoría de las preparaciones de postres, combinándose frecuentemente con sabores como el limón y el caramelo.
platos tipicos salados cambiaron a dulces como el blanc-mangé
En sus orígenes, la gelatina se servía en los banquetes como un plato decorativo salado: se obtenía de la cocción de huesos de animales y se moldeaba con creatividad para presidir la mesa, mostrando la maestría del cocinero y su control con los alimentos en crudo.
la pasteleria tiene su base en el descubrimiento del azucar obtenida de la caña
en asia se utiliazaba el dulce de caña hace miles de años
Los años 90 quedaran definidos por el chocolate, que puede encontrarse en cualquiera de sus variantes en el 35-45% de las elaboraciones. Este producto “ineludible” casa muy bien con sabores inesperados, como el limón o el caramelo.
Hace tiempo que paso la época de la porción de pastel. El verdadero postre individual se piensa y se prepara como un todo. Trabajar cada plato no significa causar asombro mediante decoraciones barrocas e inútiles, sino deleitar el paladar. Si la decoración pertenece verdaderamente a la receta y participa en el equilibrio de sabores y texturas, esta plenamente justificada.
Cada cultura cuenta con sus propias recetas de postres y resulta sorprendente ver el grado de similitud que guardan entre sí. Del arroz con leche existen numerosas versiones, desde cremoso y caliente o preparado en horno en Occidente, hasta variedades negras y viscosas en Oriente
los ricos usaban el azucar con signo de opulencia
en europa se consumian dulces y miel
Antoine Careme se especializaba en postres y copiaba sus diseños de la arquitectura
trabajo con el futuro rey Jorge IV y el zar Alejandro I