a Javier García 2 éve
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Es un procedimiento quirúrgico que se hace durante el embarazo a las mujeres que tienen cuello uterino corto o antecedentes de acortamiento cervical que provocó un nacimiento prematuro.
Las mujeres que tienen antecedentes de parto prematuro, cuello uterino corto o ambos factores podrían reducir el riesgo de parto prematuro con un aporte de suplementos de progesterona.
Problemas de salud crónicos.
Los bebés prematuros son más propensos a tener problemas de salud crónicos (algunos de los cuales requieren atención hospitalaria) que los niños nacidos a término. Hay más posibilidades de que se manifiesten infecciones, asma y problemas de alimentación o de que estos persistan. Los bebés prematuros también tienen un mayor riesgo de padecer el síndrome de muerte infantil súbita.
Problemas psicológicos y de conducta.
Los bebés que nacieron de manera prematura son más propensos que los nacidos a término a tener ciertos problemas psicológicos o de conducta, así como retraso en el desarrollo.
Problemas de visión.
Los bebés prematuros pueden padecer retinopatía del prematuro, una enfermedad que se produce cuando los vasos sanguíneos se hinchan y crecen en exceso en la capa de nervios sensibles a la luz en la parte posterior del ojo (retina). Algunas veces, los vasos anómalos generan gradualmente cicatrices en la retina y la desplazan de su lugar. Cuando la retina se desplaza de la parte posterior del ojo, se denomina "desprendimiento de retina", una afección que, si no se detecta, puede deteriorar la visión y provocar ceguera.
Problemas dentales.
Los bebés prematuros que han estado gravemente enfermos tienen un mayor riesgo de sufrir problemas en los dientes, como retraso en la salida de los dientes, cambios de color en los dientes y mala alineación dental.
Problemas de audición.
Los bebés prematuros tienen un mayor riesgo de sufrir algún grado de pérdida auditiva.
Dificultades en el aprendizaje.
En varios hitos fundamentales del desarrollo, los bebés prematuros son más propensos a retrasarse que los bebés que nacieron a término. En la edad escolar, un niño que nació prematuro será más propenso a tener problemas de aprendizaje.
Parálisis cerebral.
La parálisis cerebral es un trastorno del movimiento, el tono muscular o la postura que puede deberse a una infección, un flujo sanguíneo inadecuado o una lesión en el cerebro en desarrollo de un recién nacido en una etapa temprana del embarazo o cuando el bebé es pequeño e inmaduro.
Problemas del sistema inmunitario.
Un sistema inmunitario que no se desarrolló por completo, lo que es frecuente en bebés prematuros, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones. En un bebé prematuro, una infección se puede extender con rapidez a la sangre y provocar septicemia, una infección que se disemina por el torrente sanguíneo.
Problemas metabólicos.
Los bebés prematuros suelen tener problemas en el metabolismo. Algunos bebés prematuros pueden tener un nivel anormalmente bajo de glucosa sanguínea (hipoglucemia). Esto puede ocurrir porque generalmente tienen reservas más reducidas de glucosa que los bebés nacidos a término. Los bebés prematuros también tienen más dificultades para convertir la glucosa almacenada en formas de glucosa más activas y utilizables.
Problemas sanguíneos.
Los bebés prematuros corren riesgo de tener problemas sanguíneos como anemia e ictericia del recién nacido. La anemia es una afección frecuente que se produce cuando el cuerpo no tiene los glóbulos rojos suficientes. Si bien todos los recién nacidos sufren una lenta disminución de los glóbulos rojos durante el primer mes de vida, la disminución puede ser mayor en los bebés prematuros.
Problemas gastrointestinales.
Los bebés prematuros son más propensos a tener el sistema gastrointestinal inmaduro, lo que les genera complicaciones como la enterocolitis necrosante. Esta enfermedad, que puede llegar a ser grave y en la cual se dañan las células que recubren la pared del intestino, puede aparecer en bebés prematuros después de que comienzan a alimentarse. Los bebés prematuros que solo reciben leche materna tienen un riesgo mucho más bajo de padecer enterocolitis necrosante.
Problemas de control de temperatura.
Los bebés prematuros pueden perder calor rápidamente. No tienen la misma grasa corporal almacenada que un bebé que nació a término y no pueden generar el calor suficiente como para contrarrestar lo que se pierde a través de la superficie corporal. Si la temperatura corporal baja demasiado, la temperatura central puede ser más baja de lo normal, lo que se conoce como hipotermia.
Problemas cerebrales.
Cuanto más temprano nace un bebé, mayor es el riesgo de sangrado en el cerebro, lo que se conoce como hemorragia intraventricular. La mayoría de las hemorragias son leves y se resuelven con pocos efectos a corto plazo. Sin embargo, algunos bebés pueden tener un mayor sangrado cerebral que causa una lesión cerebral permanente.
Problemas cardíacos.
Los problemas cardíacos más frecuentes que tienen los bebés prematuros son el conducto arterioso persistente y la presión arterial baja (hipotensión). El conducto arterioso persistente es una abertura persistente que se encuentra entre la aorta y la arteria pulmonar. Si bien este defecto del corazón a menudo se cierra solo, si no se trata, se puede producir un soplo cardíaco, insuficiencia cardíaca u otras complicaciones. Para la hipotensión arterial, es posible que se deba hacer un ajuste en los líquidos intravenosos, los medicamentos y, a veces, las transfusiones sanguíneas.
Problemas respiratorios.
Un bebé prematuro puede tener dificultad para respirar, ya que su sistema respiratorio es inmaduro. Si a los pulmones del bebé les falta surfactante (una sustancia que permite que estos se expandan), el bebé puede padecer el síndrome de dificultad respiratoria, ya que los pulmones no pueden expandirse y contraerse con normalidad.