La desparasitación animal es crucial para prevenir enfermedades parasitarias, y su metodología depende de la zona y la incidencia de dichas enfermedades. La desparasitación interna se enfoca en eliminar parásitos intestinales, diagnosticados mediante análisis coprológicos, y es esencial antes de la vacunación, después de mudanzas, ante problemas digestivos o en la primera visita de un cachorro al veterinario.
La desparasitación es un método preventivo que depende principalmente de la zona donde vive el animal e incidencia de las distintas enfermedades parasitarias.
La desparasitación externa: Incluye todos los tipos de ácaros e insectos patógenos, así como algunos vectores de enfermedades como la mosca flebótomo.
Desparasitación interna: Normalmente tiene como objetivo eliminar los parásitos intestinales los cuales se pueden comprobar mediante un análisis coprológico que debe realizarse siempre antes de la vacunación del animal, después de un cambio de residencia, ante indicadores de problemas digestivos o con la primera visita al veterinario de un cachorro.
Ectoparásitos: El parásito se hospeda en el exterior del animal.
Endoparásitos: El parásito se hospeda en el interior del organismo.
Eurixenos: El parásito es flexible en cuanto al número de especies que pueden ser utilizadas como hospedador.
Estenoxenos: El huésped es especifico y por tanto están limitados a una o pocas especies.
Intermedio: En su interior solo se lleva a cabo una de las fases del ciclo vital y necesita de otra para continuarlo
INTERMEDIO
Definitivo: Se lleva a cabo la maduración del individuo y, por tanto, su reproducción.
Reservorio: El hospedador o superficie exterior mantiene al organismo vivo en espera a su hospedador definitivo.
Transmisor: Medio por el que el parásito alcanza a sus hospedadores que, en caso de ser un ser vivo, puede causar o no enfermedad.