La caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 marcó el fin de una era, simbolizando la reunificación de Europa y el final de la Guerra Fría. La URSS, en un intento por solventar sus problemas económicos, impulsó políticas como la Perestroika y la Glasnost, con el objetivo de reintroducir mercados y luchar contra la corrupción y la ineficiencia administrativa.