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5. Test del plan de trazabilidad
Finalmente se procede a chequear que todo funciona correctamente.
4. Control de gestión y control de incidencias
3. Uso del sistema de identificación
aplicar el sistema de identificación para que el seguimiento pueda ser aplicado en todos los tipos de trazabilidad
2. Crear un sistema de registro y documentación
crear un sistema que unifique toda la información relativa a los productos y lotes con los que se va a trabajar.
1. Definir los criterios para la agrupación de los productos
Es decir, definir cómo serán los lotes y las características que deberán tener cada uno de ellos.
La trazabilidad hacia adelante hace referencia al destino del producto que hemos fabricado. Por ello, responde a preguntas como:
¿Qué producto se envía? ¿Quién es el destinatario del producto? ¿De qué almacén sale? ¿Cuándo ha salido y cuándo lo recibe? ¿Por qué medio de transporte? ¿A qué localización se dirige?.
La trazabilidad interna centra su atención en los procesos que ocurren dentro de tus propias instalaciones. Implica los procesos relacionados con el almacenamiento, cualquier tipo de transformación (física o química), respondiendo a cuestiones como:
¿Cuándo se transforman los productos? ¿Quién lo hace? ¿A partir de qué materias primas se crean? ¿Qué producto final se consigue?
Para fijar la trazabilidad interna del producto hay que registrar y conservar todos los datos implicados en el tratamiento de éste dentro de la fábrica.
La trazabilidad hacia atrás pone el foco en la recepción del producto o de la materia prima por parte de nuestra empresa. Es decir, mira al origen, respondiendo preguntas como:
¿Qué producto he recibido? ¿Cuánta cantidad? ¿De dónde proviene? ¿Cuándo lo he recibido? ¿Tiene fecha de vencimiento? ¿Cuál es?
Porque es necesaria la trazabilidad hacia atras?
Básicamente, para tener bajo control los productos que entran en la planta, asegurándonos que cumplen con los requisitos exigidos tanto por normativa, como por mínimos de calidad interna.