Las enfermedades hepáticas y cardíacas pueden tener un impacto significativo en la salud, a menudo implicando una variedad de mecanismos celulares y moleculares. La hepatitis, por ejemplo, es una inflamación del hígado que puede provocar insuficiencia hepática y cirrosis, una condición en la que el tejido hepático sano es reemplazado por tejido cicatricial.