La relación entre el observador y el objeto ha cambiado con el tiempo, afectando nuestra perspectiva y proyección vital. En nuestra vida cotidiana, tendemos a tratar con las cosas de manera automática, sin detenernos a observarlas a menos que algo falle.
El plantearse objetivos no es lo que fundamenta la experiencia de vivir, ni la realización de estos es lo que le da sentido a la vida. Claramente es importante plantearse objetivos y que eso da cierto orden a nuestro actuar, pero ese ejercicio tiene las mismas limitaciones que tiene el asumir la cosas como un objeto y someterlas a la observación, porque el plantearse objetivos se funda con las mismas bases.
La posibilidad de plantear un futuro que nos corresponda, con el que realmente estemos involucrados esta en saber diferenciar entre objetivo y fin. Los objetivos dan cuenta de aquellos estados en los que me proyecto, pero que en principio no los tengo. Los fines dan cuenta de la realización de algo pero que aun no se ha desarrollado.
La comprensión
de nuestro propio fin
Observar es de alguna forma interrumpir la forma cotidiana como tratamos las cosas, cuando observamos es porque las cosas están fallando o no están fluyendo como debe ser, pero cuando las cosas funcionan el observar desaparece, es decir, nosotros funcionamos con nuestro entorno en un permanente tratar con las cosas y no en observar el mundo.
La reconstrucción del sentido vital pasa primero por nuestro que hacer diario y no por detenernos a observarnos a nosotros mismos como objetos, esto es lo realmente fundamental. No ir por la vida planteándonos objetivos sin mas.
El alejamiento
y las condiciones del observador
La observación como una actividad científica, considerada como la manera de percibir un objeto en el ejercicio de conocerlo, esta es la relación particular que tiene la actividad de observar con el objeto.
El sentido de la experimentación esta en el aislamiento e los fenómenos que le resultan interesantes al observador. En sus orígenes el ejercicio de observar supone que se ha logrado cierta distancia con el objeto y distancia en a cual hay un interés genuino por conocerlo a el como realmente es.
El nacimiento del objeto
La palabra objeto tiene una serie de relaciones que se han ido perdiendo en nuestro uso cotidiano, el problema es que aun somos herederos de muchas posturas que el termino comporta y presupone y no somos conscientes de que estas posturas determinan nuestra proyección vital al futuro.