La transición de la web 2.0 a la web 3.0 conlleva cambios significativos en la manera en que se gestionan los datos y se interactúa con la información en línea. La web 3.0 se caracteriza por la descentralización de los datos, permitiendo que estos no se almacenen en un solo lugar, sino en múltiples nodos gracias a tecnologías como blockchain.