La filosofía de Hegel se erige como una de las cumbres del idealismo y el racionalismo modernos, mediante un sistema dialéctico que consta de tres momentos: la Idea en Sí, la Idea fuera de Sí, y la Idea que retorna al Sí.
Hegel, que el tribunal conoce y obra en interés del derecho en cuanto tal; quita a la existencia de éste su accidentalidad. Expresa el filósofo que se dan dos momentos de la convicción en el proceso judicial, el juicio sobre el hecho y el juicio como aplicación de la ley al hecho.
Hegel sostiene que, a diferencia de las leyes que rigen a las cosas y a los animales
(las denomina “leyes puestas”), el hombre tiene la particularidad de que
sabe, conoce, tiene conciencia de la existencia de su ley y por esto puede y debe
obedecerla verdaderamente. Sólo en cuanto sabida, puede ser una ley justa.
Sostiene que el contenido de una ley puede ser en sí racional o también irracional,
y, por consiguiente, injusto.
Derecho positivo no es una imposición abrupta y arbitraria, sino que es expresión
del espíritu de un pueblo, como algo reconocido moral y socialmente.
Hegel, el derecho positivo expresa una esencia espiritual, que es reflejo
de virtudes e instituciones; de tradiciones; de costumbres personales y colectivas.
Las costumbres son el antecedente y fuente de las leyes, de manera que estas últimas
expresan las normas que se encuentran implícitas en las costumbres.
Tres momentos dialéctico
La Idea que retorna al Sí (Espíritu
La Idea fuera de Sí (Naturaleza
La Idea en Sí (Lógica
Dios está «al final», y «Dios no existe sin el mundo».
La dialéctica es libertad, y progresa a más
Su Lógica es su Metafísica
Representa la cima del idealismo y el racionalismo moderno