Durante el periodo en que los reinos de Israel y Judá coexistieron, surgieron importantes figuras y eventos que cambiaron el curso de la historia. Jeroboam, como rey del Reino del Norte, tomó decisiones que tuvieron profundas consecuencias religiosas, incluyendo la adoración de otros dioses y la aparición de nuevos profetas como Isaías, Jeremías, Oseas y Amós.