Un discurso efectivo culmina con una conclusión sólida que resume las ideas principales y deja una impresión duradera en la audiencia. Es crucial avisar cuando se ha llegado a la conclusión y mantener un lenguaje adecuado.
El propósito de la Conclusión es resumir la totalidad del discurso en unas cuantas palabras. Para ello, debe darse a la audiencia una sensación de terminación, resumiendo el contenido del cuerpo del discurso y/o incitando a la audiencia a la acción.