Alterar la realidad es un elemento inherente al desarrollo humano. Desde la infancia, aprendemos a mentir, y al crecer, la tendencia a hacerlo aumenta, buscando obtener beneficios. Mentir no es sencillo para el cerebro, ya que requiere crear y mantener un conjunto de mentiras organizadas.
La mentira es la acción de alterar la realidad objetiva de la que uno es consciente; mayormente se considera que mentir es malo; pero mentir es parte del proceso de desarrollo humano.
Todos aprendemos a mentir desde la infancia; pero cuando una persona crece tiende a mentir mucho más buscando obtener mayores beneficios al mentir, incluso uno puede justificar la mentira, para así disminuir frustración asociada a esta y “sentirse mejor”.
Mentir no es tan fácil para el cerebro, requiere un esfuerzo mayor a decir la verdad; debido a que una persona debe crearse todo un escenario de mentiras organizadas para sostenerlas.
IMPORTANCIA
DE LA VERDAD
Esto se puede resumir en un término, "la tranquilidad y/o pasividad". Cuando uno empieza a mentir, normalmente atrae consigo mismo otra mentira hasta que se vuelve una cadena de la misma. Esto quiere decir que la persona estará amarrado emocionalmente a una fantasía que no existe.
Cuando uno decide, decir la verdad ante los demás causa en uno, satisfacción y liberación emocional, lo cual a su vez causa (entorno social), confianza y trato adecuado.
MIEDO
A LA VERDAD
El miedo puede limitarnos la búsqueda de la verdad, así como el temor a ser apartados, la sensación de frustración, confusión o el sentirse vulnerable.
A las personas no les gusta esforzarse por ser sinceros, lo cual hace costumbre el mentir y refuerza el temor a la verdad, a pesar de que esta tenga el poder de hacernos libres.
Se debe procurar ser prudentes y decir la verdad en lo posible para estar bien con nosotros mismos como con los demás y evitar malentendidos o afectar a otras personas.
EL PROBLEMA
DE LA VERDAD
Cuando escuchamos información que contradice nuestra visión del mundo se llama disonancia cognitiva y esta se da cuando hay un choque de creencias o pensamientos, que puede fomentar una pérdida de seguridad, vulnerabilidad y confusión interior.
Cuando las creencias son retadas, el temor y la ansiedad pueden dominar a una persona, especialmente si esta es emocionalmente inestable, ya que se activan mecanismos de defensa, que limitan a aceptar la verdad, con la finalidad de que se puedan sentir mejor temporalmente.
LA VERDAD
La verdad es la propiedad de descubrir y aceptar la realidad objetiva de la que uno puede llegar a ser consciente; cada persona puede tener interiorizada sus propias verdades subjetivas, influenciadas por los sentidos, el pensamiento, el razonamiento y el conocimiento de cada uno.
REFLEXIONES
PREVIAS
La mentira muchas veces puede parecer verdad, pero no lo es y tarde o temprano acaban saliendo a la luz; para esto no sólo se requiere de un descuido de la persona mentirosa, sino también de la atención y esfuerzo por descubrir la mentira del otro. Muchas personas no quieren descubrir la mentira por temor, incomodidad o problema que se pueda percibir al descubrir la verdad.
CONTRARRESTANDO
LAS MENTIRAS II
Asimismo, hacer una pausa de 2 segundos para responder mirándola fijamente a los ojos, genera una sensación de incomodidad y poder descubrir la mentira. Es importante conocer bien a las personas bajo condiciones normales para saber cómo actúan de manera cotidiana y diferenciar esto a cómo actúan al mentir.
CONTRARRESTANDO
LAS MENTIRAS I
Para poder identificarla y relevarla, se puede comprobar con preguntas inesperadas y fijándose en la reacción de la persona o realizar preguntas múltiples, porque una persona mentirosa duda al responderlas; el punto es buscar patrones comporta-mentales cuando miente.
HUELLAS
DE LAS MENTIRAS
Para algunas culturas del mundo mentir es inmoral, sin embargo, todos mienten al menos un par de veces al día, tanto que el auto engaño parece natural.
Una persona no miente porque si, es algo consciente y al hacerlo el cerebro activa parte del sistema límbico donde se procesan las emociones y esta dispara una “mala conciencia”. Asimismo, mentimos para auto protegernos, promocionarnos o causar un efecto en los demás.
MOTIVACIONES
PARA MENTIR
El mentir implica un esfuerzo mental y en ocasiones suele variar el lenguaje y comportamiento de la persona que miente, tanto en las palabras que usa, tonos de voz, posturas, gestos y expresiones faciales; puesto que las emociones suelen verse en el rostro, tienen un discurso perfecto o repetitivo y suelen tocarse o rascarse de forma nerviosa. No hay forma de saber que nos están mintiendo, a menos que se obtenga una evidencia sólida, pero se pueden considerar esas pautas como alertas.