Las características del relieve terrestre se dividen en dos grandes categorías: emergidos y sumergidos. Los relieves emergidos incluyen depresiones que son áreas por debajo del nivel del mar, mesetas y altiplanos con superficies planas y elevadas, llanuras cuyo relieve es generalmente plano, cordilleras que son largas extensiones montañosas, y montañas que son elevaciones significativas del terreno.