La producción de vino implica una serie de etapas que van desde el cuidado de las viñas hasta el embotellado y consumo del producto final. Cada fase del proceso requiere una atención meticulosa para garantizar la calidad del vino, desde la selección de la materia prima, que incluye azúcares, agua y ácidos, hasta el prensado y la estancia en la bodega.