El proceso de auditoría de imagen se organiza en varias fases clave para evaluar y mejorar la percepción tanto interna como externa de una organización. En primer lugar, se identifica la imagen deseada desde la perspectiva de los empleados, lo que implica un análisis detallado y la recopilación de resultados a través de cuestionarios, culminando en conclusiones y recomendaciones para alinear la percepción interna con los objetivos organizacionales.