door Kenai Rodríguez 5 jaren geleden
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La asistencia sexual para personas con discapacidad es el espacio de intersección entre la asistencia personal y el trabajo sexual.
Sus funciones son las de ayudar a la persona con discapacidad antes, durante y/o después de la actividad sexual en todo aquello que no puede hacer sin ayuda. Pudiendo llegar incluso a proporcionar placer, por ejemplo estimulando sexualmente a la persona, en caso de que no pueda hacerlo por sí misma.
DERECHOS SEXUALES BÁSICOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Los profesionales que trabajan con personas con discapacidad deben coordinarse entre sí, de modo que puedan contribuir de la mejor manera posible en su educación sexual, atendiendo a las diferentes necesidades sobre su sexualidad. Para ello, han de elaborar unas determinadas pautas de actuación ante ciertas conductas inadecuadas, y proponer estrategias para tratar, del mejor modo posible, todos los temas relacionados con la sexualidad siguiendo unos modelos de actuación.
Hernández González, S. Torrecilla Guillén, L. (2013) distinguen cuatro MODELOS DE INTERVENCIÓN para la educación de la sexualidad:
1- El Modelo de Riesgo: considera la salud como la ausencia de enfermedad, por lo que la educación sexual tiene por objeto entregar información técnica para evitar las enfermedades de transmisión sexual y promover prácticas saludables.
2- El Modelo Moral: La educación sexual se centra en la preparación para el matrimonio, evitando riesgos asociados a la práctica sexual fuera del matrimonio o de las normas establecidas. Desde esta perspectiva, se considera que las personas con discapacidad intelectual no están preparadas para tener hijos, por lo que la educación sexual para ellas debe orientarse a desarrollar el autocontrol y la abstinencia.
3- El Modelo para la Revolución Sexual: Defiende el derecho de todas las personas al placer sexual como condición para la salud. Desde esta perspectiva, se considera enseñarles a masturbarse, darles oportunidades de tener relaciones sexuales con otras personas y ayudarles a protegerse de los riesgos.
4- El Modelo Biográfico-Profesional: Plantea una educación sexual basada en un concepto positivo de salud. Desde esta perspectiva, la sexualidad se percibe como un elemento que puede promover bienestar y las personas tienen derecho a recibir información y medios para tomar decisiones y llevar a cabo, según las creencias y características propias de cada persona y situación.
Los principales objetivos se orientan a la enseñanza de:
Ademas, como las personas de su alrededor influyen en gran medida en su comportamiento, hay que trabajar con ellos:
Existen muchos factores como su déficit cognitivo, la falta de habilidades interpersonales y sociales o la dependencia de los demás que les hace ser más vulnerables a los abusos, el acoso y la violación por lo que deberemos de incidir en estos factores que condicionan las necesidades afectivas y sexuales de estas personas para así poder trabajar con ellos. Por otro lado, la sobreprotección, la ausencia de espacios y tiempos privados o la resistencia de la familia hacen que este colectivo sufran riesgos asociados a la falta de educación sexual, como embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, lesiones a la hora de realizar determinadas formas de masturbación o una falta de higiene que puede ser peligrosa.
Sexo Responsable en la discapacidad.
Depende de qué tipo de discapacidad sea, el método anticonceptivo que se puede indicar será diferente y fundamentalmente dependerá también de la medicación que reciba.
Siempre el profesional médico será el que marque el camino a seguir. Existen dos tipos:
Un anticonceptivo ideal debe tener, eficacia, reversibilidad, aceptabilidad (que no incomode a la pareja), con un uso sencillo.
La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como: ”Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.
Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.”