door Kelly Alexandra Chambi Quispe 3 jaren geleden
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EL CENTRALISMO PERUANO EN SU
PERSPECTIVA HISTORICA
Durante gran parte de su historia, el Perú ha sido un país con una estructura centralista, donde el poder y los recursos se concentraban en la capital. Este modelo ha sido considerado legítimo y efectivo en ciertos contextos históricos, especialmente durante la era del guano en el siglo XIX.
EL CENTRALISMO PERUANO EN SU
PERSPECTIVA HISTORICA
CUANDO LIMA ERA POBRE Y LAS PROVINCIAS RICAS.
CUANDO LIMA ERA POBRE Y LAS PROVINCIAS RICAS
Tras la independencia del Perú, la transición hacia un descentralismo se originó a causa de la ruptura entre Lima y la Corona Española. Las provincias se vieron fuertemente capacitadas para ser las siguientes capitales de la nueva República. Cusco, Arequipa y Trujillo, incluso Puno forjaron un imperio económico y demográfico por encima de la capital Lima.
Posteriormente la confederación Perú Boliviana originaría aún más un imperio en la zona del Altiplano, tales fueron las alternativas que se jugaron entre 1825 y 1842, cuando la posibilidad de una confederación Perú Boliviana llegó a ser una (efímera) realidad.
RECENTRALIZACIÓN BAJO LOS BORBONES
La riqueza de la región andino en materia demográfica, infraestructura agrícola, senderos y yacimientos de metales bellos, hizo que en el territorio del antiguo Tahuantinsuyu se alrededor de una década a partir del apresamiento y ejecución de Atahualpa, el monarca plazas podía empezar a asomar la formación de una suerte de «señoríos» locales y, en efecto, de comunidades regionales organizadas desde estos «focos» de poder como ha sintetizado Claudio Veliz, la figura del «héroe militar disidente», como era Gonzalo más que nada a las lealtades cercanas, más que a las lejanas, ha sido desplazado entonces por el burócrata imperial, menos dado a las lealtades locales, y más bien subordinado a las de extensa distancia: el poder central, que era el monarca y su corte. «pecheros» peninsulares, a medida que ellos se erigían en «señores» feudales avecindados, sino en amuralladas, representó, en la segunda mitad del siglo XVI, que no hubiera frente al burócrata se preocupaban, era en intentar de rescatar parte de sus mermados privilegios, a cambio de españoles que asomaban como empresarios mineros bastante prósperos, fueron potenciales magnates particulares, como Amador de Cabrera, de la posesión de yacimientos mineros claves, como los de Huancavelica, no fueron sino la reedición de el triunfo de La
Gasca sobre Gonzalo Pizarro. españoles en América, una red burocrática colonial que virtualmente no dejaba sitio a las podían tener «tenientes» en los pueblos, a guisa de auxiliares o representantes, que al parecer Dichos tenientes realizaban alianzas con los curacas y solían encargar en ellos parte de sus funcionalidades. Los curacas relevantes pactaban de manera directa
con los propios corregidores. Ellos gobernaban en nombre del monarca (de donde les venía el nombre) y monopolizaban las funcionalidades de aplicación de justicia, regimen interior y recaudación fiscal. a recaudar un tributo poblacional conquistada, pudiesen además regir justicia en ella (tener «alta vara en justicia civil y criminal») y, en suma, «gobernar» allí sin la injerencia vez ausente.
ORIGENES DEL CENTRALISMO PERUANO
EL CENTRALISMO DEL GUANO
La situación de un relativo descentralismo, por lo menos “de hecho” sino “de derecho”, cambió radicalmente con el advenimiento de la era del guano. Esta era se inició en los años de 1840, cuando se realizaron las primeras exportaciones al viejo mundo, pero se asentó definitivamente en la década siguiente, cuando los ingresos derivados de las exportaciones causaron una auténtica revolución en las finanzas públicas.
En los años de 1860, los ingresos del Estado originados en las ventas de guano, representaron entre el 60 y el 80 por ciento del total de ingresos fiscales. Ello implicó, desde luego, el paso a un férreo centralismo fiscal, puesto que era el Tesoro central el que captaba esa inmensa riqueza y luego la redistribuía a lo largo del territorio, a través del gasto público.
LA ERA DE LA DESCENTRALIZACIÓN
Existe una conocida metáfora de Isaiah Berlín sobre los intelectuales rusos del siglo XIX, enla que los clasificó en dos grupos: los «puercoespines» y los «zorros». En la parte inicial de este artículo señalamos que el centralismo había sido una de las formas históricas como se habían organizado y consolidado muchos Estados nacionales en el mundo.En el Perú un obstáculo decisivo para la transición es cómo conseguir la autonomía fiscal
de los departamentos o regiones,Otro de los obstáculos para la transición al estadio descentralizado, es que décadas de
emigración de sus mejores cuadros
DEL CENTRALISMO EN EL SIGLO VEINTE
En 1921 el flamante gobierno de «la Patria Nueva» canceló las Juntas departamentales, que habían medrado con funciones cada vez más reducidas durante las dos primeras décadas del siglo. Sólo podían crear arbitrios para obras públicas, renglón donde cumplieron su labor más destacada, complementando los ingresos provenientes del tesoro central. Con ocasión de la preparación de la nueva Constitución de 1933, éste, junto con otros aliados también provenientes del sur, consiguiron hacer aprobar una nueva Ley de Descentralización, que creó los Concejos Departamentales. Se previó resolver la falta de un impuesto masivo como la contribución personal, con un impuesto adicional sobre las importaciones y la transferencia de fondos del tesoro central hacia los Concejos.
LA TRANSICIÓN DEL CENTRALISMO A LA DESCENTRALIZACIÓN
. ¿Es factible que los puercoespines (los países centralistas) puedan convertirse en zorros (países
descentralizados)?
El centralismo había sido una de las
formas históricas como se habían organizado y consolidado muchos Estados nacionales en el
mundo, y que en tal sentido podríamos decir que se trataba de una forma legítima, y no antinatural, ahistórica o el resultado de un mal gobierno.
CONCEPTO
Consideraremos el centralismo como un sistema político y económico en el cual se crea una jerarquización del territorio y de sus autoridades, y donde es dicha jerarquización la que da forma y articula al territorio.
De tal definición, pude colegirse que hay situaciones geográficas que propician el centralismo, o el descentralismo, argumento que ya propusiera Jorge Basadre en Perú, problema y posibilidad (1931), cuando señalaba que ha más enorme extensión territorial y dificultad de comunicar el territorio, el centralismo político se haría tanto más fundamental.