door Rubi Aucay 3 jaren geleden
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Meer zoals dit
La filosofía de plantón, se mueve bajo esa perspectiva, Gonzales (2014), lo explica de esta manera:
Las obras de Platón aspiran a servir como modelo para una profunda revolución política, social y moral de su época, pero fundando ese orden social y político con un estricto rigor teórico y científico, que conlleva a descubrir el orden cósmico alcanzando la ciencia (episteme) que tuviese carácter de universalidad, abriendo así un camino que tendría trascendentales consecuencias para la vida de los hombres
Para ir concluyendo con la visión que tiene Platón sobre el hombre, tengamos en cuenta las siguientes premisas, que Gonzales (2014) considera como más relevantes.
Para Platón el hombre es un compuesto de alma y cuerpo, pero el problema está en determinar cómo se da la unión de esos dos elementos. El cuerpo es un vehículo, su relación con el alma es accidental. El alma es el auténtico hombre, el cuerpo es una mera sombra. Todo el interés de Platón se centra en el alma. Afirma: “que es inmortal preexistente al cuerpo, su antropología filosófica es esencialmente psicología”. (Hirschberger, 2014,
En segundo lugar, los seres humanos están en lucha continua entre sí, entre los individuos, las familias y los pueblos. Por eso es necesario organizar la convivencia buscando la justicia.
Ambos filósofos, cada uno a su manera, se esforzaron en analizar aquellos elementos que pudieran servir para crear una sociedad de hombres que aprendiesen a convivir. Y para ellos el único fundamento posible de una Polis correctamente ordenada, que hiciese posible la felicidad de los ciudadanos, no podía ser otro que la justicia y la verdad
Su mayor confrontación fue contra los sofistas, su iniciativa filosófica consistía en un diálogo interrumpido de preguntas con el fin de llegar a la verdad de las cosas, contrario al discurso retórico de los sofistas de la persuasión. (Marías, 2014).
Ibáñez (2007) ve en la mayéutica un elemento clave para entender la antropología socrática, lo explica como la facultad que hace posible la pregunta, el diálogo y la respuesta, lo que convierte al hombre en un ser lógico y ético, sujeto inteligente y moral.
Frente a este contexto surgen los sofistas, eran profesores ambulantes que iban de ciudad en ciudad para enseñar a los jóvenes el arte de la oratoria para que triunfaran en lo social y en lo político. Los sofistas tuvieron ciertos enfrentamientos con filósofos como Sócrates y algunos de sus discípulos: Platón se refería a su proceder como mercancía intelectual, el mismo Aristóteles los consideraba como predicadores de una aparente filosofía.
Uno de los sofistas más representativos de este movimiento fue Protágoras, su fama mayor procede según Marías (2014) de su frase célebre: “el hombre es la medida de todas las cosas: de las que son en tanto que son y de las que no son, en tanto que no son”
Filósofos como Sócrates, platón y Aristóteles serán los que tendrán luego una visión más amplia sobre el problema del hombre, en contraste con lo que pensaban los sofistas.
Sus cuestionamientos acerca del hombre no es una preocupación constante en su filosofía, sino más bien una idea referida al problema del devenir (Heráclito) o del motor inmóvil -Parménides-. Marías (2014) lo explica de esta manera: El hombre se encuentra frente al dilema anterior: La antinomia de su ser perecedero devenir y su ser eterno e inmortal.
En esta escuela ya se encuentra una referencia al problema del hombre, se da en ella una propuesta de un modo de vida que se basa en la contemplación, que le permitirá liberar al hombre su alma, pero ello dependía de sí mismo. Como lo menciona Marías (2014) “ la preocupación por el alma, les permitía crear una doctrina de la transmigración, que se relacionaría también con el problema de la inmortalidad”