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door VALERIA CHAVEZ BENITEZ 8 jaren geleden

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Los hijos de la malinche

La identidad del mexicano está marcada por una constante lucha interna y externa que se refleja en su comportamiento y en su lenguaje. La historia colonial ha dejado una huella profunda que se manifiesta en una actitud cerrada e inestable, generando una ruptura y negación de la propia esencia.

Los hijos de la malinche

Los hijos de la malinche

La historia no nos dice la naturaleza de nuestros sentimientos y de nuestros conflictos, sino como podemos trascender.

El mexicano y la mexicanidad se definen como ruptura y negación, como búsqueda, como voluntad por trascender ese estado de exilio.

El carácter mexicano es un producto de las circunstancias sociales imperantes en nuestro país

La situación del pueblo durante el período colonial sería así la raíz de nuestra actitud cerrada e inestable

El mexicano no quiere o no se atreve a sel él mismo.

La palabra que condensan todos nuestros apetitos, nuestras iras, nuestros entusiasmos y los anhelos que pelean en nuestro fondo inexpresados.

Un mexicano es un problema siempre, para otro mexicano y para sí mismo.

Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "Hizo una chingadera"

El verbo denota violencia, herir, rasgar, violar (Cuerpos, almas, objetos), destruir. Cuando algo se rompe decimos: "Se chingo".

Chingar también implica la idea de fracaso. Chingar: molestar, zaherir, burlar.

¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica.

Palabras que no dicen nada y lo dicen todo. Esa palabra es nuestro santo y seña.

Nosotros somos los únicos que podemos contestar las preguntas que nos hacen la realidad y nuestro propio ser.