door Noemi Castañeda 3 jaren geleden
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Las dinámicas del agua, viento y hielo son procesos externos que modifican las formas de relieve originales y les dan la estructura con la que las conocemos. Estos procesos implican desgaste, transportación y acumulación de materiales rocosos; por ejemplo, el paso del agua de los ríos crea paisajes como los valles.
La erosión pluvial o fluvial
Es la manifestación de la acción de la lluvia sobre la superficie terrestre. De manera general, erosión es el desgaste de la tierra por fuerzas como el agua, el viento y el hielo.
La erosión eólica.
Sucede cuando el viento, al soplar con fuerza, levanta las partículas de suelo y las mueve en distintas direcciones. En ocasiones, a través de un proceso lento, pero persistente, puede llegar a producir pozos o hundimientos que alcanzan varios metros de diámetro. También puede llegar a formar montones de polvo o arena sobre los terrenos productivos.
Los agentes geológicos externos cambian el relieve, por acción del agua de torrentes y ríos, del agua del mar, del hielo, de la atmósfera y del viento. También actúan los seres vivos, de forma natural, como las plantas, o artificial, como el hombre.
La meteorización química
Altera la composición mineral original de la roca de diferentes maneras: disolviendo minerales en contacto con el agua; debilitando los ácidos del suelo por oxidación; produciendo una reacción química con el dióxido de carbono (carbonatación); y por hidrólisis, proceso mediante el cual el agua se combina y reacciona químicamente con los minerales. Plantas, como los líquenes, también descomponen determinadas rocas al extraer nutrientes solubles y hierro de sus minerales originales.
La meteorización física
Rompe las rocas sin alterar su composición y la meteorización química descompone las rocas alterando lentamente los minerales que las integran. Los cambios de temperatura expanden y contraen las rocas alternativamente, causando granulación, separación en escamas y una laminación de las capas exteriores.