El bautismo es un sacramento fundamental en la fe cristiana que marca el inicio de la vida espiritual de una persona. Este rito no solo implica la remisión del pecado original y de los pecados personales en los adultos, sino que también incorpora al bautizado a la Iglesia, permitiéndole participar del sacerdocio de Cristo y asumir tanto los derechos como las obligaciones de continuar la misión del Redentor.