Existen diversas causas que justifican la terminación de un contrato laboral tanto por parte del empleador como del empleado. Los empleadores pueden finalizar un contrato si el trabajador sufre una enfermedad contagiosa no relacionada con el trabajo, comete daño intencional a la propiedad, filtra información confidencial de la empresa, realiza actos delictivos, viola normas internas, engaña sobre sus credenciales o muestra indisciplina y violencia en sus labores.