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av Alejandra Pescina Murillo 3 år siden

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Modelos de Análisis

El texto aborda diferentes modelos de análisis del arte desde una perspectiva marxista y la visión de Pierre Bourdieu. Según la teoría marxista, el arte es una parte de la superestructura que refleja y defiende los intereses de las clases dominantes, como la nobleza en el Antiguo Régimen y la burguesía tras la revolución francesa.

Modelos de Análisis

Modelos de Análisis

El modelo genealógico

Sociólogos clásicos, como Marx, Max Weber y Durkheim estudiaron los procesos sociales desde una perspectiva de cambio, lo que les permitió definir los sistemas sociales como sistemas que sufren transformaciones debido a conflictos, luchas, intereses, desajustes y reajustes del campo social.
Ya en el siglo XX los trabajos de Michel Foucault y Norbert Elías han supuesto una profunda renovación de la tradición metodológica acuñada por los sociólogos clásicos. Su objetivo, a partir de una cuestión presente, es remontarse en la historia para explicar la génesis y las transformaciones de procesos que se perpetúan en la actualidad, ver históricamente cómo se ha llegado a desarrollar una cuestión presente.

La noción de cambio y de discontinuidad es una de las piezas claves de este modelo. La finalidad del modelo genealógico de análisis es estudiar los procesos sociales de larga duración, porque es en ellos donde verdaderamente se pueden percibir las regularidades, las repeticiones y los cambios.

El análisis genealógico de los artistas creadores, creativos, los públicos –compradores, consumidores, los objetos artísticos y los códigos de expresión e interpretación nos permiten hablar del arte como un campo socialmente instituido del que es preciso derivar sus funciones sociales, tanto las explícitas como las latentes. Las funciones sociales del arte no son por tanto unívocas, varían con las épocas y con las escuelas.

El modelo de Pierre Bourdieu.

Se podría decir, muy esquemáticamente, que para toda una serie de autores que se sitúan en una perspectiva marxista, el arte forma parte de la superestructura, una superestructura que se apoya sobre la correspondiente base material o, como Marx prefiere llamarla, sobre el proceso de producción. Dicha superestructura expresa los intereses, más o menos velados, más o menos manifiestos, de la clase o clases sociales que detentan los medios de producción.
Para la mayor parte de los analistas marxistas del arte, el arte en el interior de un régimen capitalista es esencialmente un medio de defensa simbólica de los intereses económicos y políticos de las clases dominantes, es decir, de la nobleza durante el Antiguo Régimen y de la burguesía a partir de la revolución francesa

En este sentido todo arte es ideológico porque favorece los intereses de una determinada clase social, refleja la concepción del mundo de esta clase y reconoce tácitamente sus normas sociales y sus criterios de gusto

Walter Benjamin publicó en 1936 La obra de arte en la época de la reproducción técnica, donde expuso cómo la obra de arte perdía su aura con la aparición de la fotografía y el cine (Benjamin, 1973). Theodor W. Adorno fue un defensor de la libertad y autonomía del arte. En su obra Teoría Social (1970) destacó el doble carácter del arte como autónomo y como hecho social.

Bourdieu confiere al campo artístico una mayor autonomía que los modelos marxistas clásicos. Para Bourdieu, y con él para buena parte de los sociólogos del Centro de Sociología Europea de París, la cultura interviene en el proceso de dominación donde las diferencias culturales sirven para legitimar y perpetuar las diferencias de clase y, en último término, las diferencias económicas.

Lo más destacado del planteamiento de Bourdieu es que proporciona un modelo analítico en el que, a través del concepto de habitus relaciona las estructuras sociales con las simbólicas. El concepto de habitus es un concepto mediador que fue elaborado como reacción frente al estructuralismo que reduce el agente a mero titular. Sirviéndose de este concepto, Bourdieu trata de recuperar una cierta autonomía para los sujetos que el modelo estructuralista había excluido de su análisis.

La Escuela de Warburg

Para Erwin Panofsky, otro de los estudiosos de la escuela de Warburg, la contem-plación de una obra de arte obliga a considerarla como un producto histórico que co-bra sentido en el marco de las teorías estéticas dominantes en la época, sin descartar el análisis comparativo que permite determinar las regularidades y las singularidades de cada obra.
El método iconográfi co,obra publicada por Panofsky en 1939, es clave para el estudio y análisis de las obras de arte, este modelo comprende tres niveles (Panofsky, 1972):

1. Contenido temático primario o natural (fáctico y expresivo) que constituye el mundo de los modelos artísticos, y que no es en sí mismo parte de la descripción iconográfica sino que se sitúa en un nivel anterior denominado pre-iconográfico. Para llegar a este nivel, que es el primario, el espectador de la obra debe tener cierta familiaridad con los objetos representados. 2. Contenido temático secundario o convencional que constituye el mundo de imágenes, historias y alegorías. Este nivel es propiamente el llamado análisis icono-gráfico y para ser capaz de interpretarlo el espectador debe estar familiarizado con las fuentes literarias y las teorías estéticas. El segundo nivel es más complejo porque está relacionado con el significado convencional (reconocer que un hombre en la cruz es Jesucristo, por ejemplo).Una aproximación metodológica en el.. 3. El tercer nivel es la interpretación iconológica que se diferencia de la iconografía porque se interesa en el significado intrínseco o por decirlo de otra manera, de los principios subyacentes que revelan el carácter básico de una nación, una época, una clase social, una creencia religiosa . Esta tercera lectura se realiza de una manera correcta, si se conocen los códigos culturales de la época que estamos analizando.

La escuela de Warburg reunió a una serie de historiadores del arte, vinculados al Instituto Warburg de Londres fundado por Aby Warburg (1866-1929), entre los que destacan Erwin Panofsky (1892-1968), Fritz Saxl (1890-1948), Edgar Wing (1900-1971) y Ernst H. Gombrich (1909).
Para Lamprecht en cada periodo domina una forma de mentalidad común tras las for-mas de producción económica, los contratos jurídicos, las instituciones políticas, los razonamientos fi losófi cos y las creaciones artísticas. Como todas las manifestaciones de un mismo periodo estánregidas por un mismo principio le parece superfl uo repetir el análisis en cada una de ellas.
Todos ellos se interesaron por el análisis icono-gráfi co de la obra de arte y trataron de escribir una historia de la cultura basada no solo en los textos escritos, también en las imágenes. La historia del arte resulta así inseparable de la historia de las ideas y de la historia social.