La nomenclatura inorgánica es un sistema utilizado para nombrar los compuestos químicos de manera precisa y universal. Este sistema emplea dos palabras para identificar los compuestos:
En este sistema también se utilizan dos palabras para nombrarlos, la primera hace referencia a la función y la segunda al catión. Si el catión tiene varios estados de oxidación basta con colocar un número romano entre paréntesis después del nombre del catión que indique con cuál se está trabajando.
Sistema Ginebra
El nombre del compuesto resulta de la combinación de dos palabras, la primera hace referencia a la función química y la segunda al catión. Además, si el catión presenta varios estados de oxidación se utilizan prefijos y sufijos para distinguir entre éstos, de acuerdo a la regla
pueden añadirse prefijos o sufijos a la raíz: hipocloroso, tricloruro, plúmbico, o bien, añadir un número, generalmente romano y entre paréntesis, por ejemplo: carbono (IV), bromo (V).
El lenguaje químico debe considerarse un idioma que consta de palabras, que tiene su propia sintaxis, donde cada expresión tiene su equivalente en una fórmula química y viceversa. Para que un sistema de nomenclatura sea útil debe ser identificable, preciso y general con el fin de que se aplique a los compuestos de una función química, por lo que éstos generalmente parten de una raíz sobre la que se construye el nombre.
Esta raíz puede ser el nombre de un elemento (bromo, carbono, etc.) o puede derivarse del nombre de un elemento (clor por cloro, plumb de plumbum por el plomo, ferr de ferrum por el hierro).