TIPOLOGÍA DE LAS EMPRESAS SOCIALES
De las entrevistas realizadas por el GEM para el informe de emprendimiento social se
deduce que son tres las características que las empresas sociales poseen en mayor o menor
medida:
Presencia de innovación.
Dependencia de los ingresos generados y contribución de estos al total de ingresos de
la organización.
Así, en función de la relevancia que tengan estos factores, se pueden identificar cuatro
tipos de empresas sociales:
ONG tradicional: el objetivo social/medioambiental es el único o principal y tiene el
estatus de organización sin ánimo de lucro.
Empresa social sin ánimo de lucro: el objetivo social/medioambiental es el único o
principal; tiene estatus de organización sin ánimo de lucro y es innovadora en su(s)
proyecto(s).
Empresa social híbrida: el objetivo social/medioambiental es el único u ocupa una
posición muy importante y existe una estrategia de generación de ingresos que está
«integrada» o es «complementaria» a la misión de la organización.
Empresa social con ánimo de lucro: el objetivo social/medioambiental ocupa una
posición importante pero no tiene por qué ser el único y existe una estrategia clara de
generación de ingresos.
• Prominencia de un fin social (o medioambiental) frente al fin económico.
Los proyectos que financia en tres categorías:
Organizaciones empresariales sociales: el emprendedor funda una organización con
ánimo de lucro para proveer servicios o productos sociales o ecológicos.
Empresas sin ánimo de lucro híbridas: el emprendedor funda una organización
sin ánimo de lucro, pero el modelo incluye cierta recuperación de costes a través de
la venta de bienes y servicios. Para ello, se suelen fundar entidades legales donde
depositar los ingresos y cargar los gastos benéficos de una forma más eficiente.
Empresas apalancadas sin ánimo de lucro: normalmente obtienen su financiación de
donaciones filantrópicas.