Análisis de los factores de riesgo neuromusculares de las lesiones
deportivas

El control del sistema neuromuscular depende directamente del complejo sistema sensoriomotor. Este sistema incorpora todos los receptores y vías aferentes, el proceso de integración, de procesamiento central y las respuestas eferentes, con el objetivo de mantener la estabilidad funcional de la articulación durante los movimientos deportivos en relación con el proceso neurosensorial, pese a que
el sistema visual y el vestibular contribuyen de manera importante en el control neuromuscular y los mecanorreceptores periféricos (especialmente los receptores musculares)

Control neuromuscular

Deportista lesionado

Ayuda en la curación biológica

Deportista en readaptación

Aumento de tareas especificas

Deportista en competición

Aumento del rendimiento deportivo

Esta información aferente es procesada e integrada a partir de 3 niveles de control motor (médula espinal, tronco cerebral y corteza cerebral) y se asocia a diversas áreas, como el cerebelo. ( 3 tipos de respuestas motoras)

Muy rápidas
(respuesta refleja, médula espinal),

Intermedias (automáticas, tronco del encéfalo)

Lentas (más elaboradas,
voluntarias, corteza cerebral).

Dichos mecanismos, conocidos en lengua
anglosajona como feedback y feedforward, se desarrollan de manera continua a partir de las experiencias motrices.

El control feedback se refiere a la respuesta
proporcionada bien por vía refleja o bien después del análisis de un determinado estímulo sensorial. Por otra parte, los mecanismos de control feedforward son descritos como las acciones de anticipación o preactivación que ocurren antes de la detección sensorial de una disrupción de la homeostasis y que se basan en experiencias anteriores.

Sensibilidad del sistema
somatosensorial

tiene como principal objetivo participar en el mantenimiento de la estabilidad dinámica de la articulación, lo que se consigue mediante la detección de las variaciones de presión, tensión y longitud de los diferentes tejidos articulares y musculares. Por otra parte, el control neuromuscular, término central de esta revisión, se define como la activación muscular precisa que posibilita el desarrollo coordinado y eficaz de una acción , con el objetivo de diseñar ̃ planes de entrenamiento neuromuscular óptimos en los diferentes ámbitos del deporte, especialmente en el de prevención y readaptación de lesiones deportivas, será de vital importancia analizar los diferentes factores de riesgo relacionados con el sistema sensoriomotor y el correcto funcionamiento del control neuromuscular.

Objetivo del estudio

Realizar una revisión de la bibliografía científica actual sobre los diferentes factores de riesgo de origen neuromuscular que predisponen a los deportistas a sufrir una mayor incidencia lesiva de la extremidad inferior.

Entrenamiento

Sistema sensoriomotor

Información aferente (Propiocepción, indicaciones del preparador)

Integración y procesamiento

Respuesta motora

Control neuromuscular

Estabilidad articular

Disminución en el número de lesiones

Incidencia lesiva y control neuromuscular

Es conocida la gran incidencia lesiva en el deporte de competición. Entre algunas de las lesiones con mayor presencia podemos destacar la rotura del ligamento cruzado
anterior (LCA) y la rotura del ligamento lateral del tobillo.
Estos casos pueden asociarse a un aumento de la morbilidad en el deporte (p. ej., artrosis prematura de la rodilla) y discapacidad a largo plazo.

Extrínsecos

Como factores extrínsecos se incluyen, entre
otros, el equipamiento utilizado y las condiciones ambienta-les existentes en un entrenamiento o competición.

Intrínsecos

Entre los factores intrínsecos podemos enumerar la
edad, el sexo, la composición corporal y las características anatómicas de determinadas estructuras, aunque también
se relacionan otros más vinculados a las capacidades físicas del deportista, como pueden ser la falta de fuerza y una
pobre capacidad coordinativa.

Fatiga Neuromuscular

Como un proceso
en el cual se produce una disminución progresiva de la
capacidad de generar potencia30, provoca una alteración en la capacidad de control neuromuscular del deportista.
Diversos estudios han registrado que después de un ejercicio fatigante y durante las recepciones de diferentes tipos de saltos, tanto en hombres como en mujeres, se produce un cambio en las estrategias de control neuromuscular utilizadas por estos sujetos.

Estas variaciones en el control motor se asocian a diferentes factores de riesgo de
lesión, tales como una menor flexión de rodilla y cadera, un aumento del valgo de rodilla, una mayor fuerza de reacción del suelo y la necesidad de un mayor tiempo de
estabilización.

Tiempo de reacción de la musculatura peroneal

Es importante destacar el estudio de Menacho et al., los cuales realizaron una revisión sistemática con el objetivo de
comparar el tiempo de reacción de la musculatura peroneal en tobillos sanos versus lesionados. Los autores registran un mayor tiempo de reacción de la musculatura peroneal en los tobillos lesionados respecto a los tobillos sanos. Ese mismo ano, ̃ otro grupo de investigadores revisó de forma sistemática los estudios que relacionaban a los diferentes componentes del sistema sensoriomotor con la inestabilidad funcional del tobillo.
Estos autores concluyeron que no existe evidencia sobre la relación entre un menor tiempo de reacción de la musculatura peroneal y la inestabilidad funcional del tobillo, pese a que sí se relaciona con déficits en el control postural y la sensación de posición articular del tobillo.

Alteración de la capacidad de coactivación muscular

La coactivación de la musculatura cuadricipital e isquiosural puede proteger la articulación de la rodilla, y no solo contra el exceso de desplazamiento anteriortibial, sino también contra el valgo dinámico de la extremidad inferior.
Este efecto protector tiene lugar gracias al aumento de estabilidad articular que se produce en la activación simultánea de la musculatura agonista-antagonista alrededor de la rodilla, y es importante comprender que los déficits de fuerza y de tiempo para conseguir una activación máxima de la musculatura isquiosural limitarán la posibilidad de coactivación muscular y, por tanto, el efecto de protección comentado.

Inadecuada stiffness muscular

El concepto de stiffness, entendida como la capacidad
biomecánica del músculo de oponerse al estiramiento y contraria a la complianza, juega un rol muy importante en la capacidad de generar fuerza explosiva. Son varios los estudios que muestran que los hombres tienen una mejor stiffness muscular en comparación con las mujeres en las actividades en que predominan los cambios de dirección y las perturbaciones del equilibrio.

Déficits del control de la estabilidad postural

El déficit en el control de la posición del centro de gravedad ha sido descrito como un importante factor de riesgo de lesión de la extremidad inferior. Este hecho se explica si consideramos que el aumento de fluctuación de dicho centro se asocia con una falta de capacidad de estabilización corporal, lo que se relaciona con una alteración en la estrategia de control neuromuscular.

Alteración de la sensibilidad propioceptiva

Aun teniendo presente que una alteración propioceptiva se puede mostrar de multitud de maneras en una articulación como la rodilla, el ejemplo más comúnmente desarrollado es el de explicar el déficit propioceptivo del LCA ante su puesta en tensión, haciendo que la musculatura isquiosural no actúe para proteger de manera correcta la rodilla y más concretamente dicho ligamento.
Teniendo en cuenta la idea comentada en el párrafo anterior, Hewett et al.5 estudiaron las diferencias de género en el control de la estabilidad unipodal en sujetos sanos, llegando a la conclusión de una mayor capacidad de estabilización en las mujeres en comparación con los hombres estudiados. Por el contrario, cuando estos autores estudiaban a deportistas con un déficit del LCA, los hombres tenían mayor estabilidad en comparación con las mujeres en los tests preoperatorios realizados. Una vez realizada la reparación quirúrgica del
ligamento, los hombres seguían teniendo mayor estabilidad a los 6, 9 y 12 meses.

Conclusiones y aplicaciones prácticas

La bibliografía científica actual describe diferentes factores de riesgo de lesión relacionados con el control del sistema neuromuscular. Entre estos destacan la fatiga muscular, la alteración de la magnitud y de los tiempos de activación
muscular, la alteración de la capacidad de coactivación muscular, la estrategia de control de la extremidad inferior predominante en el plano frontal, los desequilibrios neuromusculares entre pierna dominante y no dominante, la inadecuada stiffness muscular, los déficits en el control postural, la disminución de la propiocepción, los déficits de core y la disminución en los mecanismos de anticipación.

El análisis de estos factores de riesgo proporciona una
guía práctica a la hora de diseñar tareas dentro de un plan de prevención adecuado a cada tipo de especialidad deportiva y será útil tanto para entrenadores y preparadores físicos como para fisioterapeutas.

Actualmente sabemos que los factores de riesgo neuromuscular son modificables mediante el entrenamiento. Pese a que los métodos óptimos de entrenamiento para cada grupo de población aún no han sido establecidos, existen evidencias sobre el éxito de este tipo de intervenciones en la prevención, el tratamiento y la vuelta a la competición deportiva de ciertos tipos de lesiones de la extremidad inferior.

Por último, destacar la importancia de la valoración mediante instrumentos válidos y fiables con el objetivo de identificar los diferentes factores de riesgo neuromuscular
citados en esta revisión.