El párrafo: estructura, idea central
Idea central
Escribir de manera coherente y emitir ideas claras para que el lector sepa que texto esta leyendo.
Conectores del texto
Unir o vincular ideas y oraciones para formar párrafos coherentes y con sentido y para poder desarrollar el párrafo.
Pronombres: se utilizan para reemplazar nombres y objetos en la oración y evitar las repeticiones
Por su contenido
Narrativo: relata un acontecimiento un hecho o una historia en donde intervienen personajes reales y ficticios.
Descriptivo: describe una situación, un objeto y su principal función es que el lector pueda conectar con sus sentidos gustativos, sensitivos,etc.
Expositivo: transmitir una información concreta y no un punto de vista.
Argumentativo: utilizar una hipótesis que será demostrada y justificada por otros párrafos la cual sirve para persuadir y convencer
Ensayo Argumentativo: el ensayo posee una tesis o hipótesis, argumentos que demuestres la realidad de la hipótesis y el ensayo argumentativo es la tarea final ha realizar.
Por su función dentro del texto
De introducción: proporcionar una idea clara del asunto o tema del cual se va a escribir a través de un objetivo
Los lugares comunes algunas veces aciertan. Por ejemplo: es imposible pensar la literatura argentina sin Borges. Pieza maestra del siglo XX, a partir de él se cruzan o se dispersan todas las líneas. Esto vale hasta comienzos de 1980. Desde entonces pasan cosas diferentes que darían lugar a otra nota, cuyo título podría ser “La literatura argentina después de Borges”, cuando comenzó a funcionar de modo más “normal”, menos volcánico; sigue siendo el Gran Escritor con quien, sin embargo, ya no todos ajustan cuentas y se trazan diagonales que Borges no pisó. La culminación absoluta y el apaciguamiento.
De desarrollo: en los que se amplíe, aclare la idea central o asunto que se menciona en el párrafo de introducción.
¿Cómo habría sido la literatura hasta los años ochenta sin Borges? Es difícil imaginar a Bioy Casares sin ese prólogo a La invención de Morel que escribió Borges. Pero podemos imaginar otros que, probablemente, habrían dibujado una
cartografía distinta, despojada del “centro Borges”. La pregunta permite pensar “en hueco”, no como si algo faltara sino intentando imaginar su radical inexistencia. Si se lo pensara como un simple faltante, el ejercicio no valdría la pena.
En cambio, se trata de olvidar que existió y reordenar lo que queda. Los libros inaugurales de lo nuevo habrían sido Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925) y Espantapájaros (1932), de Oliverio Girondo, y no la serie Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929). Probablemente nadie habría releído a Evaristo Carriego, como lo hizo Borges, y la poesía argentina tendría en su centro
operaciones más “vanguardistas”, como las de Girondo. Y en lugar de las orillas porteñas, el barrio y las calles rectas hasta el horizonte, estaría el paisaje fluvial y fluyente de Juan L. Ortiz. En ausencia de Borges, probablemente ésas serían las dos grandes líneas poéticas de la primera mitad del siglo XX. Martínez Estrada fue el gran escritor ideólogo; pero, sin Borges, no habría obstáculos para pensarlo, en soledad, como el gran ensayista del siglo. Por otra parte, sus relatos se correrían al centro del sistema...
De conclusión: tiene como finalidad cerrar el texto con deducciones, como resultado de toda la explicación o exposición realizada en el desarrollo.
Sin Borges, la teoría literaria no habría encontrado una obra que le permitiera alcanzar una autoconciencia argentina: pensar problemas teóricos con textos escritos acá, como si esos textos anticiparan aquellos problemas, los adivinaran y los dejaran abiertos. Y, aunque la lengua de Arlt y la de Saer llegan de geografías originales, sin Borges no se habría escrito en ese castellano rioplatense límpido, tan criollo como cosmopolita, que (al revés de los enigmas
rebuscados pero banales) sólo muestra su dificultad magistral, su desafío a la inteligencia, una vez que el lector se ha acercado a comprenderla.