Las soluciones

la disolución resultante de la mezcla de los dos componentes tendrá una única fase reconocible (sólido, líquido o gaseoso) a pesar inclusive de que sus componentes tuvieran fases distintas.

En general, todos las soluciones se caracterizan por:

Soluto y solvente no pueden separarse por métodos físicos como decantación, filtración o tamizado, ya que sus partículas han construido nuevos enlaces químicos.

Poseen un soluto y un solvente (como mínimo) en alguna proporción detectable.

A simple vista no pueden distinguirse sus elementos constitutivos.

Únicamente pueden separarse soluto y solvente mediante métodos como la destilación, la cristalización o la cromatografía.

TIPOS DE SOLUCIÓN QUÍMICA

Las soluciones químicas pueden clasificarse de acuerdo a la proporción que exista entre soluto y solvente, denominada concentración. Existen cuatro tipos de soluciones químicas

1.DILUIDA: Cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es muy pequeña. Por ejemplo: 1 gramo de azúcar en 100 gramos de agua.

Concentradas. Cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es grande. Por ejemplo: 25 gramos de azúcar en 100 gramos de agua.

Saturadas. Cuando el solvente no acepta ya más soluto a una determinada temperatura, pues sus partículas ya no tienen cómo generar más enlaces, se dice que está saturada. Por ejemplo: 36 gramos de azúcar en 100 gramos de agua a 20 °C.

Sobresaturadas. Habremos notado que la saturación tiene que ver con la temperatura: eso se debe a que incrementando esta última, se puede forzar al solvente a tomar más soluto del que ordinariamente puede, obteniendo así una solución sobresaturada (saturada en exceso, digamos). Así, sometida a un calentamiento o enfriamiento brusco, la solución tomará mucho más soluto del que ordinariamente podría.

Se denomina soluciones química disolución a una mezcla homogénea de dos o mas sustancias cuya vinculación ocurre a grado tal que se modifican o pierden sus propiedades individuales

la unión de ambas sustancias arroja una sustancia nueva, con características propias, en la que los dos componentes mezclados resultan indistinguibles el uno del otro.

La capacidad de formar soluciones y de mezclar sustancias es fundamental para el desarrollo de nuevos materiales y para el entendimiento de las fuerzas químicas que permiten a la materia juntarse. Esto resulta de particular interés para los campos de la química, la biología y la geoquímica, entre otros.