OLVIDO.
La historia de la memoria es una historia de metáforas. En tiempos antiguos, las experiencias se imprimían en la memoria como marcas en una tablilla de cera. Para recordar una experiencia, uno sólo tenía que mirar en la propia tablilla mental.

DEFINICIÓN DE OLVIDO.

El aprendizaje es una invención maravillosas de la selección natural, pero está lejos de ser perfecto. Con frecuencia, los cambios conductuales que se denominan aprendizaje se pierden, al menos parcialmente, con el paso del tiempo. Es a esta pérdida a la que se hace referencia cuando se habla de olvido; por tanto, el olvido puede ser definido como el deterioro en el desempeño después del aprendizaje.

MEDICIÓN DEL OLVIDO.

El olvido, al igual que el aprendizaje, se presenta después de algún tiempo. Para medirlo, se observa la conducta después de un período durante el cual no se lleva a cabo la conducta aprendida. Después de este periodo, que en términos generales se denomina periodo de retención, se sondea de diversas maneras en busca de evidencia de que la conducta aprendida todavía está intacta. En el recuerdo libre, simplemente se da oportunidad al organismo de llevar a cabo la conducta aprendida de antemano. Considérese el caso de una persona a la que se le pide aprender de memoria un poema y luego se le solicita que lo recite de nuevo después de cierto tiempo. En cada caso, se mide el olvido al comparar el desempeño a la terminación del entrenamiento con aquel después de un período de retención. El estudiante que no puede recordar una palabra en francés que ha estudiado antes, no necesariamente ha olvidado todo cerca de la palabra faltante. En ocasiones se utiliza una variación de la técnica de recuerdo libre para obtener estos remanentes más útiles del aprendizaje. Conocido como recuerdo inducido, consiste en presentar indicios o sugerencias, para aumentar la probabilidad de que se produzca la conducta. El olvido en los animales también puede estudiarse con el recuerdo inducido. El olvido puede medirse al restablecer el procedimiento original de aprendizaje. Este método de aprendizaje supone que entre menos entrenamiento requiere el individuo para llegar al nivel previo desempeño, menos olvido ha ocurrido.

VARIABLES EN EL OLVIDO.

Un músico famoso dijo alguna vez que si no practicaba el piano un día, sólo él lo sabía; si dejaba de hacer los dos días, sólo él y su maestro lo sabían; si lo dejaba tres días, todos lo sabían. Hablaba acerca del olvido. Es muy probable que el músico haya creído que el paso del tiempo debe su última "sesión de entrenamiento" explicaba el olvido. Esta era la perspectiva prevaleciente acerca del olvido en su tiempo y continúa siendo la explicación dominante fuera del laboratorio del investigador. Existen una fuerte relación entre la duración del período de retención y el olvido.

GRADO DE APRENDIZAJE.
Entre mejor se aprenda algo, menos probable es que se olvide. Ebbinghaus demostró esto hace mucho tiempo. Encontró una correlación sistemática entre el número de ensayos de aprendizaje y la cantidad de olvido. Ebbinghaus demostró que, en apariencia, el aprendizaje continúa incluso después de que parece haberse logrado el dominio. William Krueger llevó a cabo un famoso experimento. El entrenamiento difería para cada una de las tres listas. Los participantes trabajaban con una lista hasta que anticipaban correctamente las 12 palabras y después se detenían. Con la otra, continuaban trabajando más allá de este nivel; en esta ocasión, repasaban de manera adicional la lista la mitad de las veces que les había tomado llegar a un ensayo sin errores. Los resultados mostraron de manera evidente que los participantes recordaban más palabras de las listas que habían sobreaprendido. En años recientes, algunos investigadores han considerado al grado de aprendizaje en términos de la taza desempeño, en particular en cuanto al número de respuestas correctas por minuto. Los beneficios del sobre aprendizaje pueden durar bastante más allá del examen final.

APRENDIZAJE PREVIO.
El olvido ocurre con rapidez cuando se aprenden palabras sin relación, dígitos aleatorios y sílabas sin sentido. K. Anders Ericsson y John Karat demostraron esto con oraciones tomadas de cuentos de John Steinbeck. Leyeron las palabras en estas oraciones, a una frecuencia de una palabra por segundo, como si leyeran sílabas sin sentido o dígitos. En ocasiones las palabras estaban en el orden correcto, a veces se presentaban al azar. Decir que la casa de olvido varía con el significado del material que se aprende, hace surgir una pregunta: ¿qué determina que algo tenga significado? Uno puede darse una idea al preguntarse qué sucedería si se repitiera el estudio de Ericsson y Karat con personas que no hablaran inglés. Es probable que en este caso habría poca diferencia en el recuerdo entre las oraciones originales y una disposición aleatoria de las palabras. En un estudio, A. de Groot colocó las piezas en un tablero de ajedrez como si hubiera un juego en progreso. Permitió que los jugadores estudiaran los tableros durante 5 segundos y después les pidió que reprodujeran el orden de las piezas en un tablero vacío. Los datos de Groot respaldan la influencia del aprendizaje previo en el olvido. Pero existe otra posibilidad: quizá los maestros del ajedrez simplemente olvidan menos que otras personas. Para someter a prueba esta hipótesis, William Chase y Herbert Simon dispusieron las piezas de ajedrez en forma aleatoria en un tablero y después se las mostraron a maestros del ajedrez y a jugadores comunes.

APRENDIZAJE SUBSECUENTE.
En un estudio clásico de John Jenkins Karl Dallenbach, dos estudiantes universitarios aprendieron listas de 10 sílabas sin sentido en la mañana y antes de retirarse en la tarde. Después ae sometió a prueba su olvido luego de 1,2, 4 u 8 horas. Los resultados mostraron que olvidaron menos después de un período de sueño que de un intervalo similar de actividad. Otros estudios mostraron que los periodos de inactividad producen menos olvido en comparación con lapsos semejantes de gran actividad. En un estudio, las cucarachas inmovilizadas olvidaron menos que aquellas a las que se les permite moverse. Cuando aquello que se aprende interfiere con la capacidad para recordar el aprendizaje previo, el fenómeno se denomina interferencia retroactiva. Por decirlo de alguna manera, el aprendizaje nuevo se extiende al pasado para interferir con el previo.

CONTEXTO.
McGeoch sugirió que otra variable importante en el olvido era el contexto en el que ocurrió el aprendizaje. La idea es que esté sucede de manera inevitable dentro de un contexto particular —es decir, en presencia de un patrón determinado de estímulos. Considérese el caso de un individuo que aprende una lista de palabras en la mañana y después, por la tarde, es sometido a prueba al respecto. Varios experimentos sugieren que así puede ser. En un estudio, Charles Perkins y Robert Weyant entrenaron a ratas para que corrieran por un laberinto. Algunas aprendieron a correr por un laberinto de color negro; otras aprendieron a hacerlo por uno blanco. Los laberintos eran idénticos en los demás aspectos. Los mismos tipos de efectos se han demostrado con personas. Joel Greenspoon y R. Ranyard hicieron que estudiantes aprendieron listas de palabras bajó dos condiciones diferentes, de pie o sentados. Duncan Godden y Alan Baddeley llevaron a cabo otro imaginativo estudio acerca de los efectos del contexto. En tu estudio, personas adultas aprendieron una lista de palabras. Algunas de ellas aprendieron la lista en terreno seco, mientras que otras lo hicieron ¡bajo el agua! Después del entrenamiento, los participantes intentaron recordar la lista.

UN APUNTE FINAL SOBRE EL OLVIDO.

Todas las técnicas que acaban de describirse: mnemotecnia, sobreaprendizaje y demás, son maberas probadas para reducir el olvido. No obstante, incluso cuando se utilizan dichas técnicas, éste ocurre. En ocasiones, la celeridad con la que se olvida es desalentadora. Un cómico (¡cuyo nombre el autor no puede recordar!) sugirió que lo que el estudiante universitario típico recuerda en un año de clases en la historia de los EUA es "los del norte se vestían de azul y los del sur se vestían de gris". Ésta es, por supuesto, una exageración, pero revela una verdad basica. Se olvida una gran cantidad de aquello que se aprende.

INVESTIGACIÓN APLICADA ACERCA DEL OLVIDO.

TESTIMONIO OCULAR.
Elizabeth Loftus ha realizado varios estudios que ilustran la maleabilidad de la memoria o, para ser más precisos, la capacidad de modificación del desempeño después del entrenamiento. Los vehículos en movimiento se detienen repentinamente y ocurre una colisión de cinco automóviles. Después de observar la película, los estudiantes llenaron un cuestionario acerca de lo que habían visto. En el caso de otros la pregunta era: "¿Vio usted un faro delantero roto?" La única diferencia en la pregunta era el artículo el o un.

BÚSQUEDA DE ALIMENTO.
Una y otra vez se ha visto que el aprendizaje tiene un enorme valor para la supervivencia. Como el camuflaje, la capacidad de volar y los colmillos afilados, la capacidad aprendizaje evolucionó debido a que ayudaba a los individuos a sobrevivir y reproducirse. En estado silvestre, la disponibilidad de alimento es variable. En particular, la producción de este tiende a ser abundante en ciertas temporadas y escasa en otras. Una manera de enfrentar el problema consiste en comer lo más posible cuando existe suficiente alimento y después hibernar o dormir un buen tiempo cuando el suministro de comida es bajo. El cascanueces de Clark, un residente en regular de las Montañas Rocallosas en EUA, es un caso ejemplar. Se alimenta de piñones y no de nueces. Cada ave necesita cerca de 10, 000 semillas para sobrevivir el invierno, de modo que debe almacenarlas y recuperarlas después. Otras evidencias sustentan el concepto de que el aprendizaje explica la capacidad del cascanueces para encontrar las reservas. En un estudio, Stephen Vander Wall permitió a dos cascanueces de Clark almacenar semillas en un aviario y después recuperarlas.

SOBREAPRENDIZAJE.
Antes ya se vio que existe una fuerte relación entre el grado de aprendizaje y la tasa de olvido. La implicación es clara: para olvidar menos se debe estudiar más. No sirve repasar las tarjetas con palabras en alemán hasta que se haya dado la respuesta correcta al menos una vez; después debe continuarse hasta que se alcance una taza de fluidez de, por ejemplo, 30 tarjetas por minuto. Se debe señalar que existe un punto donde disminuye el beneficio del sobreaprendizaje, en el que cada ensayo adicional resulta sólo en una mejoría pequeña en el recuerdo posterior. No obstante, el sobre aprendizaje sí reduce el olvido.

INTENTE UN SISTEMA MNEMOTÉCNICO.
Los libros que ofrecen mejorar la memoria por lo común dedican un espacio considerable a lo que se denomina en sistemas mnemotécnicos. Los artistas profesionales que realizan hazañas "imposibles" de memoria, como aprender los nombres de 30 o 40 personas en un público, por lo general utilizan un sistema mnemotécnico. El sistema popular es el método de loci (lugares). El sistema data del tiempo de los antiguos griegos.

UTILIZACIÓN DE SEÑALES CONTEXTUALES.
Antes ya se vio que uno recuerda mejor cuando las señales que estaban presentes durante el aprendizaje también lo están durante la rememoración. Por lo común, los estudiantes hacen justo lo contrario: estudian en su habitación, a menudo mientras están recostados en la cama y comiendo algún tipo de refrigerio. O, y el clima es agradable, se sientan bajo un enorme árbol o en la banca de un parque. Co frecuencia sus amigos se acercan y charlan y el estudio se mezcla con una oportunidad para socializar. La implicación clara es que éstos deberían estudiar en condiciones que se asemejen de manera estrecha a aquellas bajo las cuales tendrá lugar el examen. Un alumno que estudia para un examen de lápiz y papel incluso haría bien en utilizar cierto tiempo para estudiar en el salón de clases donde ocurrirá la prueba.

UTILIZACIÓN DE INDUCTORES.
Un inductor es un ED que puede utilizarse para evocar conducta; uno de ellos es el memorando. A fin de recordar los abarrotes que se deben comprar, se hace una lista; para asegurarse de no olvidar una reunión importante, uno hace una anotación en el calendario. Pero, en general, un memorando no proporciona más que un indicio, un recordatorio, de la conducta a producir. Una nota que diga "llamar a Juan con respecto a María", carecería de significado para cualquiera excepto para la persona que la escribió. Algunos padres tienen la costumbre de atar un trozo de cordel alrededor del dedo del niño para recordarle que pregunte a su maestro si se necesitan disfraces para una representación en la escuela, para que compre pan de regreso a casa o para que apagué el horno a las 4 de la tarde. Del mismo modo, pueden utilizarse inductores para incitar la producción de respuestas débiles. Consideres el problema de intentar recordar el nombre de una persona. En algún momento uno lo sabía, pero ahora es incapaz de recordarlo. También se puede recorrer el abecedario, intentando reconocer la primera letra o sonido del nombre. Si esto tiene éxito, se puede utilizar el comienzo del nombre como un inductor para el resto del mismo, al intentar una variedad de aquellos que comiencen con el mismo sonido: "creo que comienza con "Ba", Ba... Badillo, Barcelona, Barnés, Batista, ¡Batman!"