Procesos sociocognitivos

Conocimiento de la realidad social.

En la psicología social se estudia para saber como las personas pensamos, aprendemos, recordamos, y razonamos con respecto a la información social y cómo estos procesos son relevantes para nuestra conducta social.

Los funcionamientos humanos no solo son en parte cognitivos, si no que, también tienen factores sociales los cuales pueden verse reflejados en la conducta.

Procesos a través los cuales las personas llegan a comprenderse entre sí "impresión global de las personas". La percepción de personas (dinámica) es diferente a la de los objetos. La percepción de personas indica: selectividad, carácter subjetivo e interpretación del estimulo. Nos creamos impresiones de las personas que percibimos mediante tres claves observables: apariencia física (algunos rasgos pueden asociarse a ciertos estereotipos), claves no verbales (Lenguaje corporal, expresiones faciales, etc) y conducta manifiesta (juzgar por las acciones y no por la apariencia).

Una de las utilidades en la psicología social es que podemos dar cuenta de pacientes psicológicamente bien ajustados a través de sus percepciones sociales ya que, a menudo son más precisas.

Comprender las causas de la conducta de otros y la nuestra. Se pueden clasificar en tres dimensiones causales: internalidad/externalidad (causas atribuidas a factores internos o externos al individuo. interno: estado de ánimo, externo: influencia de otras personas), estabilidad/inestabilidad (causas que tienen un carácter permanente como capacidad y dificultad de la tarea, o transitorio en el cual podría estar el azar), controlabilidad (causas que están bajo la capacidad de control del individuo.

Las atribuciones causales ayudan en la psicología social porque a través de la conducta de otros se pueden reflejar sus rasgos y una gran probabilidad de hacer inferencias precias a cerca de ellos.

Situaciones en las cuales las personas no tienen un conocimiento seguro pero actúan conforme a ellas y confían en ellas como una realidad. Entre sus características están los modelos mentales, las cuales nos muestran cómo percibimos e interpretamos el mundo. Las creencias pueden inferir en las conductas de las personas aunque no estén consciente de ello.

Las creencias aportan en la psicología social a poder comprender de mejor manera sobre la enseñanza, cultura y la crianza por las cuales nuestro paciente se formó.

Las actitudes se pueden definir cómo una conducta subjetiva del sujeto. Estas son aprendidas por medio de la experiencia de vida grupal o individual. Es subjetiva porque no se puede analizar directamente sino qué es observable. La actitud es multidimensional con tres componentes: afectiva, cognitiva y conductual.

Un aporte a los psicólogos sociales es que a través de la actitud podemos comprender a cerca de nuestros pacientes.