Visión general de la creatividad
Creatividad y diversidad.
El trabajo en equipo, si el equipo está bien motivado y bien coordinado, es siempre una ayuda importante para obtener un mayor nivel de creatividad.
Especialmente si construimos equipos multidisciplinares con personas con distintos perfiles.
Tener trabajando juntas a personas que miran diferente, que piensan diferente, que tienen diferentes formaciones y que tienen distintas habilidades, hace que se sumen las múltiples motivaciones, que la autocrítica sea rápida y más potente, que se sumen las distintas competencias, que se sumen recursos y herramientas, que se obtenga una inteligencia y una creatividad colectiva muy superior a la suma de las inteligencias y creatividades individuales.
En el trabajo colaborativo cada miembro del equipo es responsable del éxito del grupo, cada miembro del equipo participa y goza del éxito del grupo.
Todos ofrecen lo que saben. Nadie se otorga méritos que no le corresponden.
Poder divino, poder humano.
La palabra crear proviene del latín creare significa "producir, engendrar a partir de la nada".
Es un poder que las religiones monoteístas atribuyen al Dios omnipotente
Se ha expandido la idea de que la creación es un atributo divino que, merced a la gracia de Dios,
era entregado como «un don» solamente a ciertos seres humanos
considerados por el resto como «elegidos».
Platón hablaba del artista como instrumento de la divinidad y
Sócrates creía que el don se poseía por inspiración de la divinidad,
que era la que movía al creador.
Evidentemente, los humanos sólo podemos engendrar nuevas cosas a partir de las cosas ya existentes.
Se dice que una persona es un creador cuando ha combinado ideas y cosas existentes, supuestamente
dispares, de una manera original, nueva, no conocida hasta entonces por sus congé-neres, formando
un todo útil y funcional.
Toda creación humana se basa en
la combinación novedosa de lo existente.
Se reestructura lo ya conocido para hallar algo nuevo.
Se combinan de manera nueva o poco habitual materiales, herramientas,
tecnologías, procedimientos, ideas, palabras, símbolos, colores, formas,
sonidos, movimientos, y conformar de este modo productos, servicios o significados que antes no existían.
A los humanos nos está negado crear a partir de la nada.
Quizás por esta causa algunos prefieren el adjetivo "creativo" al de "creador" cuando lo aplican a una persona. Es bastante común, sin embargo, usar crea-tivo y creador como si fueran sinónimos.
Por otra parte, hemos visto en varias ocasiones que los
creativos de publicidad pretenden tener la exclusiva de
esta denominación, pero parece desaforado coger la acepción
3a de la palabra en el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española e ignorar las acepciones 1a y 2a que le preceden.
creativo, va.
1. adj. Que posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.
2. adj. ant. Capaz de crear algo.
¿Cómo definimos la creatividad?
Las definiciones se elaboran para aproximarnos a los conceptos pero casi nunca
logran configurarlos y concretarlos al completo.
Según parece, la utilización de este concepto es bastante moderna:
el término creativity no estuvo incluido en el Oxford English Dictionary
hasta 1875 y el término creatividad se introdujo por primera vez en el
Diccionario de la Real Academia Española en 1984.
Una primera definición bastante actual y
aceptable sería la siguiente: "Creatividad
es percibir, idear, expresar y convertir en realidad algo nuevo y valioso"
Como pasa con muchos otros conceptos básicos, podemos
hallar tantas definiciones distintas de creatividad como autores
se han aproximado a investigar su teoría. Muchos autores han
manifestado que es un concepto huidizo, nebuloso, sumamente
difícil de encerrar con precisión en una única definición .
Según Runco & Sakamoto , la creatividad se encuentra entre las
conductas humanas más complejas; está influida por una amplia
serie de experiencias evolutivas, sociales y educativas, y se manifiesta
de manera dife-rente en cada dominio del conocimiento.
Revisando docenas de definiciones de los principales teóricos, hemos visto que
todas son algo incompletas pero que todas ellas abarcan siempre uno o más de
los cuatro enfoques parciales posibles:
- el autor
- el producto
- el proceso
- la dimensión social y cultural
Y esto ocurre porque estos cuatro aspectos intervienen siempre en la creatividad. Un buen resultado puede ser consecuencia de una acción al azar de una persona muy poco creativa; personas de baja capacidad creativa pueden conseguir buenos resultados si aplican técnicas y métodos solventes en su proceso pensante y, por el contrario, personas de alta capacidad creativa pueden fracasar en la obtención de un buen resultado cuando no aplican técnicas y métodos apropiados
Y, por otro lado, la Historia está llena de ejemplos de creadores cuya obra no ha tenido el reconocimiento social que merecía hasta años después de su defunción.
Es decir, la creatividad de una persona radica en la conjunción de una actitud, un conjunto de aptitudes y una manera de trabajar siguiendo un conjunto de reglas, técnicas y métodos.
La creatividad de un resultado del proceso de creación radica en la consecución de determinadas características. En cualquier caso, es siempre la sociedad a través de sus expertos en la materia particular de que se trate, y no el autor, quién evalúa y determina el valor social que se le otorga al autor y a sus obras.
Una definición completa y precisa del concepto creatividad debería contemplar, pues, estas cuatro facetas del acto creativo: en primer lugar
las aptitudes y actitudes necesarias en el autor, en segundo lugar el proceso a seguir, en tercer lugar las características a obtener en la obra y, en cuarto y último lugar la evaluación que del conjunto efectúa la sociedad en la que se insiere.
Desde la Psicología de la Creatividad se ha elaborado la siguiente definición que contempla de manera implícita los cuatro niveles: "Creatividad es el es-tado de conciencia que permite generar una red de relaciones y conexiones mentales para identificar, plantear y resolver problemas de manera relevante y divergente".
La actitud creativa.
El mundo está lleno de personas con aptitudes creativas que no las utilizan porque les falta la actitud necesaria. Muchas de ellas tienen problemas de autoestima y están erróneamente convencidas de que no han nacido para aportar nada nuevo. O les falta curiosidad. O les falta motivación.
El primer paso para afrontar el reto que supone el acto de crear es tener la actitud adecuada.
La Psicología de la Creatividad considera que la actitud creativa está formada por los siguientes componentes:
Instinto de curiosidad
La curiosidad es un instinto antagónico al instinto de conservación, es lo que nos lleva a vivir nuevas experiencias. La curiosidad es valentía y nos empuja a afrontar riesgos para conocer cosas nuevas a pesar de que puedan entrañar peligro para la integridad física.
Es el instinto que ha movido a todos los grandes inventores, descubridores y artistas. Muchas personas han perdido su vida por haber acallado su instinto de conservación y haber seguido el impulso de su curiosidad.
Es lo que ejemplifica el antiguo mito griego de Ícaro. Sin pagar este precio colectivo no habríamos alcanzado prácticamente ninguno de los beneficios de la civilización. La curiosidad es el primer motor de la creatividad. Sin curiosidad no hay búsqueda; y sin búsqueda, es casi imposible que se produzca el hallazgo.
La curiosidad innata es muy fuerte en los niños y llega a un punto álgido sobre los 6 o 7 años, momento en el que acostumbra a menguar, muy proba-blemente por culpa del rechazo que reciben del entorno educativo y social.
Muchos maestros y profesores ven las preguntas de los alumnos como una interrupción y una desviación del hilo conductor de sus clases. O más triste aún, como una amenaza que les pondrá en evidencia.
Afortunadamente, en la universidad actual se están postergando cada vez más las clases magistrales en las que sólo se admitían preguntas al final .
Sin curiosidad, no hay aprendizaje. Los profesores saben perfectamente que si quieren obtener la atención de sus alumnos, tienen que despertarles su cu-riosidad. El reto subsiguiente, obviamente, será saberla satisfacer.
Inconformismo
El creador es inconformista. Tiene actitud transgresora. No se conforma con las explicaciones y las soluciones consabidas y aceptadas por la sociedad establecida.
Se mueve con soltura y libertad a pesar de las posibles presiones y restricciones de su entorno.
Desarrolla ideas razonables en contra de la corriente social. Se plantea sistemáticamente la posibilidad de mejorar lo existente con alternativas nuevas. Tiene capacidad para analizar lo opuesto, para visualizar lo diferente, para contrariar el juicio de la mayoría, para encontrar caminos diferentes.
Según Joy Paul Guilford (1991) , el creador debe "huir de lo obvio, lo seguro y lo previsible".
Motivación
Un creador tiene alta motivación. Posee una fuerza interior constante que le obliga a actuar hacia el cumplimiento de sus objetivos.
Tiene la necesidad de consolidar su identidad personal a través de la transformación positiva del mundo que le rodea.
Percibe los problemas o dificultades como un desafío y los afronta con pasión.
La motivación del creador es una pulsión íntima e intrínseca que no depende ni de ambientes ni de estímulos externos. Muy a menudo, pero no siempre, obedece al deseo íntimo de conseguir la aceptación y el afecto de los demás, o, a modo de premio de consolación, el aplauso, la admiración y el respeto.
Se puede incrementar con dinero, promesas de futuro prestigio o de placeres deseados, pero si no hay una voluntad inicial de resolver un problema, de perseguir una satisfacción intelectual o emocional, bien poco podrá mejorarse.
Se ha comprobado que cuando la motivación es suficientemente fuerte, la mente creativa advierte más fácilmente la diversidad de enfoques y la multiplicidad de vías alternativas para acceder al objetivo.
En otras palabras: la motivación influye positivamente en la fluidez mental.
Los enemigos mortales de la motivación son el cansancio, el rechazo social y los fracasos continuados.
Iniciativa
No se puede crear sin tener iniciativa. Hace falta disposición personal para idear y emprender actividades, para dirigir acciones, para protagonizar, promover y desarrollar ideas desde las primeras filas, para liderar equipos de trabajo.
Gracias a su iniciativa, el creador logra que se promuevan ágilmente actuaciones y se obtengan los recursos necesarios venciendo los obstáculos.
Tener iniciativa es, además, la garantía de que la toma de decisiones inhe-rentes al proceso creativo se hará con la rapidez necesaria y no se perderán las oportunidades.
Profundidad
El creador es inconformista, pero esto no puede quedar en una simple actitud de rebeldía, debe ir más allá y profundizar en aquello que no le gusta y encontrar los porqués de esta situación.
Esto a menudo implica riesgos. Tal como afirma Manuela Romo , "los mecanismos mentales de la creación funcionan rompiendo las cadenas de la experiencia previa, reinterpretando las viejas preguntas que no han encontrado solución".
Las personas creativas piensan con profundidad. No se conforman con las respuestas consabidas y elementales, les sacan punta a las situaciones, buscando aspectos y matices no tan aparentes ni tan visibles en primera instancia.
Perseverancia
Disponer de entusiasmo a prueba de bombas, tener capacidad para resistir la frustración de los fracasos, aprender de ellos y persistir en la búsqueda de la solución deseada con tenacidad y sin desfallecer son características inherentes a los creadores.
La perseverancia suele basarse en la autoestima y en la fe en la propia obra. Es un indicador claro de energía y poder de las convicciones, de vigor y fortaleza espiritual.
Thomas Edison, en su búsqueda del filamento perfecto para su bombilla incandescente, ensayo todo lo que se le ocurrió, incluidos los pelos de barba de un amigo. Cuando llevaba 1.000 intentos fallidos, un periodista le preguntó si se sentía frustrado por la falta de éxito y él contesto que "En absoluto, he ganado un montón de conocimientos: ahora conozco mil cosas que no funcionan".
Necesitaría llegar hasta casi 1.800 in-tentos para encontrar lo que buscaba.
La perseverancia proporciona la capacidad de concentración necesaria para el proceso creativo. Un efecto colateral de esta concentración suele ser la dis-torsión del tiempo; es bastante típico que un creador pueda estar largas horas concentrado en su obsesión y pierda la noción del tiempo real transcurrido.
Autoestima
Donde todos los psicólogos coinciden es que para crear hace falta tener una autoestima alta. Es característica común de los creadores que valoren de manera positiva sus aptitudes y confíen en ellas para lograr el éxito en su empeño creativo.
Sin autoestima no hay la capacidad para la alegría, el juego y la pasión por la vida que están en la base de toda creatividad.
La autoestima es un principio dinámico del crecimiento y el perfeccionamiento personal y se refuerza con los logros adquiridos. A mayor autoestima, mayor creatividad; a mayor creatividad, mayor autoestima.
No coincide necesariamente con un autoconocimiento profundo. Puede ser un optimismo ilusorio o puede estar basada en el conocimiento real de sus potencialidades, sus fortalezas y debilidades.
Las aptitudes creativas.
La actitud creativa es condición necesaria pero no suficiente para la creatividad. Si no viene acompañada de las aptitudes adecuadas puede resultar. Las aptitudes creativas se pueden aprender y entrenar. Existen técnicas y métodos para ello.
A continuación, se expone la recopilación de aptitudes creativas que se han estimado como más fundamentales de las muchas que se encuentran referenciadas en los distintos textos consultados. Se presentan en el orden en que son necesarias en el proceso creativo. Las explicaciones vinculadas a cada aptitud pretenden introducir cierta precisión en conceptos usados muy a menudo de una manera demasiado superficial y con fronteras comunes bastante difusas.
Sensibilidad perceptiva
Es la capacidad de atender convenientemente los estímulos y alertas sensoriales.
Percibir la realidad de una manera distinta es la vía natural para llegar a la construcción de un nuevo concepto no existente y, en consecuencia, es uno de los pilares de la creatividad.
Detección y delimitación de problemas
Es una capacidad básica para todo buen profesional. De acuerdo con Torrance y Csikszentmihalyi , la capacidad de detectar y delimitar un problema importante donde la mayoría de personas sólo ve normalidad o problemas insignificantes es una habilidad fundamental de las personas creativas. Es una consecuencia directa de su mayor sensibili-dad perceptiva y su capacidad de intuir alternativas.
Análisis de los problemas
Una vez tenemos el problema bien identificado, el siguiente paso es analizarlo.
De esta manera podremos comprender su amplitud y lo podremos solucionar.
Para el análisis vamos a precisar unas aptitudes concretas que detallaremos en los sucesivos subapartados.
Capacidad intuitiva
La intuición nos permite visualizar y comprender un conjunto a partir de un
solo fragmento, nos da la capacidad espontánea de contrastar las situaciones nuevas con la experiencia acumulada y establecer en milésimas de segundo propuestas razonables de actuación.
Reconocimiento de pautas
El cerebro humano es una máquina de reconocimiento de patrones. De manera a menudo inconsciente, tenemos almacenado un gran conjunto de patrones y pautas percibidos a lo largo de nuestras vivencias. Frente a una situación conflictiva nueva, nuestro hemisferio cerebral derecho busca instantáneamente patrones de similitud con experiencias anteriores para establecer asociaciones que permitan determinar urgentemente maneras de afrontar la situación.
Perspicacia
También forma parte de la intuición. Proporciona la comprensión profunda de una situación y nos advierte de cuáles son los datos más relevantes en medio de la pluralidad de datos. Mientras que las personas perspicaces van directamente al grano y al núcleo de un problema, las personas que no son perspicaces se pierden en lo accesorio y en lo irrelevante.
Racionalización
Es el poder de la función analítica y lógica del cerebro humano, la capacidad de deducir e inducir. La capacidad de optimizar el uso de los recursos y simplificar los procesos.
Flexibilidad mental
Para eludir las dificultades, barreras, bloqueos y fijaciones mentales nos hace falta la capacidad de saber cambiar de enfoque y reestructurar los conceptos. La flexibilidad mental es requisito imprescindible para el pensamiento divergente.
Fluidez mental
Es la capacidad para producir en poco tiempo ideas y soluciones alternativas en cantidad y calidad de una manera permanente y espontánea. Lo que Max Wertheimer (1945) denomina pensamiento productivo. En el Anexo III hemos reproducido un ejemplo de magnífica fluidez mental de un estudiante de Física de principios de Siglo XX.
Planificación de soluciones para los problemas
Acabamos de nombrar las principales aptitudes que nos servirán para analizar correctamente un problema. El siguiente paso va a planificar cómo resolverlo.
Autoconocimiento
La conciencia objetiva de las fortalezas y carencias propias es un paso obligado para mejorar la capacidad creativa. Se trata de eludir las carencias para que no entorpezcan el proceso y potenciar las fortalezas para conseguir mayor eficacia. Debería ser la base sólida sobre la que asentar la autoestima.
Autonomía (independencia)
El creador debe formarse sus propios juicios y actuar con autonomía personal e independencia del ambiente. La autonomía se basa en la capacidad de autoaprendizaje y crecimiento personal a partir del bagaje educacional y vivencial acumulado.
Menos aún si queremos atender a los cambios continuos que las ciencias, las tecnologías y la economía aportan.
Dominio del campo de actividad
Aunque podemos (y debemos) aplicar nuestra actitud creativa en todos los terrenos, debemos ser conscientes de que es difícil que obtengamos resultados igual de buenos en aquellos campos del saber que no dominamos.
Así pues, la acumulación de estudios y experiencias del campo de actividad concreto es básica, incluso para Teresa M. Amabile (1998) es (junto a la motivación y las estrategias mentales) uno de los tres pilares básicos de la creatividad.
Inventiva
Es la capacidad de descubrir utilidades y funcionalidades poco habituales de los objetos y de las herramientas disponibles, de crear nuevos métodos sobre la marcha. Nos proporciona la resolución eficaz de los problemas con los recursos disponibles, superando fijaciones en las funciones habituales de los objetos y las herramientas. La primera vela nació de la observación de que el viento movía las hojas y otros objetos de la naturaleza, e incluso los arrastraba.
Capacidad de innovación
Si seguimos con el ejemplo del velero, la capacidad de innovación será la que nos hará pensar que el velero se puede utilizar con fines distintos de los que tenía. Así es como se utilizó el velero en el comercio marítimo.
Originalidad
Es la creación mental de nuevas realidades que descubren algo nuevo que se aparta de lo habitual pero que es apropiado y valioso para un colectivo más o menos extenso de personas. Para Frank Barron , "la creatividad es una disposición hacia la originalidad". La búsqueda de la originalidad proviene de la necesidad psicológica de diferenciarse de los demás, de asumir que todos somos individuos distintos. Cada descubrimiento, creación o significado, serán la base para otras realidades en una espiral de progreso humano.
Capacidad de elaboración
Todas las aptitudes mencionadas hasta ahora son los pasos previos a la resolución del problema, pero crear no es sólo imaginar. Para culminar el proceso creativo hace falta llevar el impulso conceptual creativo hasta la realización de un producto o servicio. Pasar del concepto de partida al resultado final. El creador debe tener aptitudes para planificar, desarrollar y ejecutar proyectos que conviertan las formulaciones teóricas en soluciones y actuaciones decisivas.
Creatividad e inteligencia.
Hasta 1950 la creatividad se consideraba un atributo más de la inteligencia general. Ese año, Joy Paul Guilford, en su discurso presidencial en la Asociación Psicológica Americana , inicia el estudio científico de la creatividad al reconocerla como una entidad diferente de la inteligencia general.
De hecho, algunos paleontólogos y antropólogos han sugerido que el hombre fue creativo antes que racional. Es condición necesaria pero no suficiente. Puesto que la creatividad depende no tan sólo de las aptitudes sino también de las actitudes, es tristemente frecuente encontrarnos con personas que carecen de creatividad a causa de una actitud de renuncia a aplicar las capacidades que poseen en la búsqueda de soluciones nuevas.
Los sujetos con cociente intelectual más alto no siempre son los más creativos. Las inteligencias que aparecen más ligadas a la creatividad son, de mayor a menor incidencia, la visual-espacial, la corporal-cenestésica y la lingüística.
El indicador principal que distingue a la persona creativa es su fluidez mental, su capacidad de generar gran número de alternativas frente a cualquier situación.
La creatividad y el ambiente.
Aunque ninguno de los modelos de proceso creativo de los grandes teóricos lo incluye, algunos autores (Robert Epstein entre ellos) nos recuerdan que la creatividad para florecer requiere un ambiente social y cultural propicio: debe haber
libertad. Cuanto mayor sea la cota de libertad y progreso de una sociedad, mayor será la creatividad que sus miembros desplegarán. Como dice Fernando Trias de Bes: “La creatividad es la máxima expresión de libertad de un ser humano”.
La creatividad se enmarca en
una sociedad y una cultura.
Una obra realmente creativa cambia algún aspecto relevante de la cultura de la sociedad en la que se enmarca. En cierta manera, el mundo que nos rodea ya no volverá a ser lo que era. La creatividad no es nunca un acto individual. Es un acto sistémico de interacción entre la persona y su entorno socio-cultural.
El reconocimiento de un resultado creativo depende siempre de la valoración de aceptación o denegación que de él haga la sociedad en la que se ha desarrollado.
Según esto, a algunos creadores se les comenzó a considerar como tales después de su muerte: Gregor Mendel no fue un científico creativo hasta inicios del siglo XX, Johann Sebastian Bach fue un compositor magnífico bien entrado el siglo XIX y Vincent Van Gogh fue un pintor genial a partir de 1891.
Margaret Boden distingue entre una creatividad-h y una creatividad-p, es decir una creatividad que tiene repercusión cultural histórica, que impacta en la esencia de una cultura y la transforma y una creatividad personal que sólo impacta en el ámbito reducido del autor y el círculo de personas que disfrutan de su obra.
Todos podemos ser creativos. No todos podremos entrar en la Historia a causa de nuestra creatividad, pero todos podemos gozar de vidas personales llenas de creatividad.
Así, veremos que se habla de creatividad artística, literaria, técnica, científica, etc. De hecho en cualquier dominio de actividad humana podemos hablar de aplicación de la creatividad
Y, como ya hemos advertido antes, cada ámbito tiene características algo diferentes. Como se puede suponer, hay diferencias entre los tipos de creatividad.
Por ejemplo, hay entre la creatividad artística y la creatividad científica. Mientras que la científica es esencialmente rupturista, puesto que las nuevas concepciones convierten automáticamente en obsoletas a las anteriores y las anulan; en cambio, las novedades artísticas nunca invalidan las propuestas anteriores.
Esta diferencia proviene del hecho que la sociedad considera que sólo hay una verdad científica y, en cambio, considera que hay tantas verdades artísticas como conceptos distintos de belleza puedan coexistir.
Los resultados creativos.
Con gran frecuencia, el resultado de un proceso creativo proviene del hecho que el creador ha tenido una sensibilidad especial para detectar un problema o una capacidad de mejora donde la mayoría de personas sólo detectaba normalidad. Este sería, por ejemplo, el caso de la invención de la fregona o de los caramelos con palito.
Se cortó un dedo, y fue a su botiquín. Sin querer, volcó un frasco de colodión . Esto provocó que quedara en su estantería una capa de nitrocelulosa. Este sería, por ejemplo, el caso de la invención del post-it, un pegamento rechazado por el ingeniero de 3M que lo creó porque se despegaba sin apenas esfuerzo. La visión genial de un directivo de 3M fue buscarle una utilidad vinculada precisamente a esta propiedad novedosa que no tenían otros pegamentos del mercado.
Es original (o novedoso)
Es una idea, proceso o producto único, diferente de sus similares. Se detecta porque provoca una emoción de sorpresa que suele manifestarse con una exclamación con la vocal “a”. “¡Aaah!” para las creaciones artísticas, “¡Ajá!” para los descubrimientos técnicos y científicos, y “¡Ja, ja!” para los hallazgos del humor.
Tiene valor de uso
Al menos por un período determinado de tiempo y para toda la comunidad humana o una parte de ella. Si sólo satisface a su autor, entraríamos en el eterno debate sobre el valor subjetivo de las creaciones artísticas o en la consideración de que, a veces, un creador se anticipa en exceso a las necesidades percibidas por su sociedad y cae en la incomprensión de sus contemporáneos.
Tiene viabilidad tecnológica
Se puede elaborar con las tecnologías existentes, las ya consolidadas o las emergentes. Si no existen tecnologías suficientemente avanzadas para construir lo que imaginamos, estamos condenados al fracaso. Si, para poner un ejemplo disparatado, queremos montar una agencia de viajes basada en la teletransportación de los cuerpos, a día de hoy lo tendremos mal.
Entre los múltiples ejemplos de fracasos que la Historia nos reporta, destacaremos el de Charles Babbage, creador exitoso de una máquina construida con engranajes mecánicos que calculaba logaritmos. En 1833 presentó a la Royal Astronomical Society su proyecto de construir una máquina calculadora de propósito general que había denominado Máquina Analítica.
Sentó perfectamente sobre el papel las bases teóricas que, 113 años después, permitirían a la Universidad de Pensilvania construir en 1946 el ENIAC, la primera computadora digital moderna, el origen de toda la eclosión posterior de la informática electrónica. Desgraciadamente para Babbage, el estado de las tecnologías existentes en 1833 le hacía prácticamente imposible alcanzar la realización de su proyecto.
Tiene viabilidad económica
El coste de obtención del producto creado debe ser menor que los beneficios económicos directos o indirectos que se espera que reporte. Son muchos los inventos que se quedan muertos al poco de nacer porque son tecnológicamente viables pero a unos costes que hacen imposible pensar en su introducción en el mercado real.
El proceso creativo.
Las etapas del proceso creativo consisten en:
1) detectar un problema, una necesidad, una insatisfacción, una insuficiencia o una molestia
2) presentarlo a la mente con claridad (ya sea imaginándolo, visualizándolo, suponiéndolo, meditándolo, analizándolo o contemplándolo)
3) originar una idea, concepto, noción o esquema para solucionarlo según acciones nuevas no convencionales. Supone estudio y reflexión seguidos de una evaluación y una realización final.
Resolución de problemas, según John Dewey (1910)
1.- Percepción de la dificultad o problema
2.- Definición del problema y delimitación del mismo
3.- Generación de ideas y soluciones
4.- Evaluación crítica de las soluciones
5.- Aceptación de la solución más adecuada
Henri Poincaré (1908) y Graham Wallas (1926) le añaden al modelo de Dewey la descripción de dos subetapas dentro de la fase de “Generación de ideas y soluciones”: la incubación y la iluminación. Tendría esta forma:
3.1. Reflexión. Búsqueda de una idea nueva
3.2. Incubación. Dejar de lado la idea durante un período de tiempo
3.3. Iluminación. El momento en que, finalmente, emerge la nueva idea
La incubación consiste en relajar la mente cuando ha transcurrido el tiempo de reflexión y no hemos hallado la solución deseada a pesar de los esfuerzos realizados. Se trata de dejar reposar la mente racional para que el inconsciente cognitivo pueda aflorar y nos aporte de manera súbita y en el momento menos esperado la iluminación (también llamada inspiración, comprensión súbita o insight) que nos hacía falta.
Está comprobado que durante la incubación las ideas se agitan por debajo del umbral de conciencia y se realizan conexiones espontáneas de manera automática. Pueden llegar a producirse combinaciones y asociaciones de ideas totalmente insólitas.
Es la aportación de nuestro inconsciente cognitivo, de nuestras vivencias y conocimientos implícitos cuando liberamos la atención que bloquea la mente analítica y racional. Poincaré (1908) destaca la importancia que tiene siempre la intuición en los procesos creativos de todo tipo. El creador escoge un problema particular porque “intuye” que sabrá hallarle soluciones novedosas.
El creador aplica todas sus capacidades mentales a la búsqueda de soluciones nuevas: sus instintos, sus emociones, sus intuiciones, sus razonamientos y su capacidad de planificación.
De hecho, hay que aclarar que las etapas de producción de ideas y de evaluación crítica de las mismas se entremezclan en la vida real de manera espontánea y a veces desordenada. Es bastante frecuente que tengamos que retrotraernos a la etapa inicial de definición del problema porque vemos nuevos aspectos de la cuestión que nos obligan a redefinir algunos matices esenciales del tema. Buscamos un nuevo arranque del proceso desde una nueva base más sólida del planteamiento inicial.
Etapas del proceso creativo
Subtopic
1. Detección de la dificultad o problema (Dewey)
2. Definición y delimitación del problema (Dewey)
3. Preparación. Revisión de toda la información disponible (Wallas, Rossman)
4. Si falta información, buscarla (Guilera)
5. Generación de ideas. Formulación de distintas soluciones alternativas (aplicando estrategias mentales y técnicas de creatividad) (Dewey)
6. Si las ideas no vienen, incubar el problema (Poincaré, Wallas)
7. Iluminación. Aparición de una nueva idea (Poincaré, Wallas) 8. Desarrollo de las ideas. Esbozos, maquetas, pruebas pilotos, proyectos completos cuando sea preciso (Guilera)
9. Evaluación crítica de las soluciones propuestas. Comparativa de ventajas y desventajas (Dewey, Wallas, Rossman)
10. Si no hay soluciones válidas, volver a etapa 2 (Guilera)
11. Si hay soluciones válidas, aceptarlas y perfeccionarlas (Dewey, Rossman.)
Carlos A. Churba (2007) nos hace notar que el proceso creativo tiene una retroalimentación en espiral. Cuánto más nos dedicamos a crear, más creativos somos. El resultado del proceso enriquece a su autor que adquiere más experiencia y, en consecuencia, más capacidad resolutiva en los próximos planteamientos.
También se produce un salto cualitativo en el ambiente y, en consecuencia, en la sociedad. En resumen, la actividad creadora produce la aparición de nuevas realidades que transforman simultáneamente la realidad establecida y a la persona que la crea.
Si vivimos rodeados de productos creativos, nos enriquecemos como personas y somos más capaces de ser creativos en los problemas que nos incumben. La creatividad se respira en el ambiente y se contagia por ósmosis.