Autocuidado
prácticas del autocuidado:
1. Cuidado personal.
Incluye el concepto de aseso, limpieza e higiene de nuestro cuerpo. Algunas actividades básicas que determinan el cuidado personal incluyen:
Ducha o baño diario
Higiene y cuidado de la boca
Lavado de manos
Higiene de la ropa y el calzado
2. Alimentación adecuada.
La alimentación es más saludable y nutritiva cuando se incluyen diferentes tipos de alimentos en cada comida. Combinar colores, texturas y sabores hace que la acción de comer produzca agrado y satisfacción. Conoce como alimentarte mejor (enlazar con cartillas saludables)
3. Actividad física regular:
Evite siempre el sedentarismo. En su vida diaria promueva la actividad física: Bájese del bus antes de lo que frecuentemente lo hace, prefiera las escaleras en vez del ascensor, use ciclovías, ciclorutas o senderos peatonales cerca a usted, haga pausas activas en su casa o en su trabajo.
Explore realizar actividades que impliquen ejercitarse: gimnasio, clases de natación, zumba, clases de baile, utilizar la bicicleta en vez del vehículo. Intentarlo una vez no significa comprometerse por largo tiempo, seguramente cuando inicie entenderá los beneficios y no querrá dejarlo. Busque actividades que le gusten y en las que se sienta cómodo. La actividad física se debe disfrutar y debe divertir. Conoce como mejorar tu actividad física aquí
4. Descanso
No solo debemos pensar en el descanso como hacer nada. Descansar significa también significa cambiar de actividad, relajarse, disfrutar el tiempo libre, dormir.
Debemos pensar entonces que el descanso es necesario no solo para evitarnos daños a la salud, sino también para poder obtener un mejor rendimiento en las tareas que estemos realizando, mejorando la atención y concentración.
5. Mantener la mente ocupada
Mantenerse ocupado, buscar actividades motivantes y estimulantes para su propia satisfacción personal y profesional. La salud mental se cultiva cada día.
6. Ser feliz.
Expresar cariño, dar afecto, sonreír, ser amable con personas cercanas. Estar dispuesto a ayudar y a dejarse ayudar. Piense siempre positivo, permítase sentirse feliz.
7. Cuida tu entorno: ambiental, social y familiar.
Cuidar el entorno no solo significa mantener nuestro espacio vital en orden, limpio, iluminado y ventilado. El orden en la casa, habitación, oficina, área de estudio o donde permanezcamos buena parte del tiempo ayuda a conservar la calma. Por otra parte, el entorno familiar y social debe ser una red de apoyo y motivo de alegrías. Mantenga contacto con sus seres queridos y expréseles su cariño.
8. Actividad social (relaciones interpersonales)
Mantenga comunicación con sus amigos más cercanos. Programe una actividad social una vez a la semana que le permita salir de la rutina, recuerde que no todo puede ser trabajo.
9. Asistir a chequeos periódicos:
Visitar al médico frecuentemente para realizar controles o pruebas para detección de enfermedades. Si ya se tiene un diagnóstico, mantener controlada la enfermedad siguiendo las recomendaciones que el personal de salud le haga al respecto.
10. Evite hábitos nocivos para su salud
Evite fumar, modere el consumo de alcohol, evite el consumo de sustancias psicoactivas.
Busque ayuda si siente que ha perdido el control sobre estos hábitos. Recuerde que no está solo.incipal
importancia del autocuidado
No solo consiste en una alimentación sana y equilibrada, un poco de ejercicio físico o en tomar un par de medidas contra el estrés diario, hay mucho más allá si queremos realizar un autocuidado consciente que nos proporcione un bienestar completo
Cuando de productividad se trata, la mayoría de las personas pensamos que la clave del éxito es hacer siempre más. Más trabajo, más proyectos, más clientes, más tiempo… más y más. El problema es que cuando esta mentalidad nos atrapa, es casi imposible salir de ella sin encontrar tiempo para nosotros mismos. Pero, si dejamos tiempo para nosotros mismos y hacemos de esto una prioridad, cultivando una rutina de cuidado personal constante, no solo evitamos estar agotados (más felices), sino que aumentamos, irónicamente, nuestra productividad.
Cómo introducir el autocuidado en la rutina diaria
La falta de tiempo no es motivo para no practicar el autocuidado, ya que hay muchos pequeños gestos que podemos incorporar en nuestro día a día que no suponen mayor inversión de tiempo, sino más consciencia en su realización. Y en cuanto a actividades de mayor envergadura, el truco está en encontrar algo que realmente disfrutemos y que se ajuste a nuestra vida y valores.
Autocuidado físico
El vinculado a nuestro cuerpo físico y a nuestra salud, y que parte de una alimentación sana, ajustada a nuestras circunstancias, y de una actividad física constante.
Atiende tus necesidades básicas en cuanto las sientas y puedas realizarlas.
Cocina, al menos una vez a la semana, algo que realmente te apetezca.
Acuéstate un día un poco más temprano, e intentar dormir las horas necesarias (casi todo puede esperar a mañana).
Practica deporte por muy ligero que sea. Un buen paseo siendo consciente de la participación de nuestro cuerpo es un gran ejercicio.
Si no tienes una actividad deportiva frecuente, prueba una nueva disciplina. Igual encuentras el deporte que te motiva y hace que no te cueste practicarlo.
Cuida tu piel con cariño y dedicación. Dale los mejores alimentos, como nuestra cosmética bio, y masajéala siendo consciente de ese gesto de mimo y cuidado personal.
Autocuidado mental
Consiste en ejercitar nuestra mente, en estimular el pensamiento crítico, la creatividad y el intelecto.
Lee un libro que te guste.
Escucha un podcast sobre algo nuevo, que te haga pensar.
Haz algún ejercicio de entrenamiento de la mente: un pasatiempos, un puzzle, un rompecabezas.
Da rienda suelta a tu creatividad: escribe, dibuja, haz una manualidad, toca un instrumento...
Altera tu rutina diaria en pequeños detalles para hacer trabajar a la mente: coge una ruta diferente en tu camino, cambia tu menú, intercambia el orden de acciones cotidianas...
Aprende algo nuevo, ya sea una información o una actividad.
Autocuidado emocionall
A nivel emocional, nos cuidamos cuando prestamos atención a nuestras emociones, somos conscientes de ella y las asumimos, siendo totalmente honestos sin dejarnos presionar por normas sociales o por lo que puedan opinar los demás. Es un ejercicio introspectivo con nosotros mismos, sin más testigos.
Cuando sientas una emoción párate a pensar en ella, reconócela e intenta descubrir su origen, para evitarla si no te hace sentir bien o para poder repetirla si es todo lo contrario.
No rechaces sentimientos aunque sean negativos, ya que es saludable aceptar el llanto, la tristeza, la rabia, la ira… Debes ubicarlos, trabajar en su causa y superarlos.
No juzgues tus emociones, no son buenas o malas, son simplemente tuyas y forman parte de ti. Si no te hacen sentir bien, simplemente trabaja para cambiarlas.
Procura tu risa diaria a través de fuentes que sabes que te la generan (películas, vídeos, personas, libros…), es una emoción curativa y balsámica que mejora todo tu ser.
Escribe un diario totalmente honesto con tu sentir, podrás descubrir patrones y, sobre todo, comprenderte mejor a ti mismo.
Si no escribes, al menos dedica unos instantes a pensar en ti, en tu día al comenzar o al finalizar, a cómo te sientes.
Si te sientes abrumado o superado por tus emociones no dudes en buscar ayuda en un profesional, atender esa necesidad es una forma importante de cuidarse.
¿Qué es el autocuidado?
El autocuidado es diálogo y comprensión con uno mismo, viviendo en presente y siendo conscientes de cada acto que realizamos, evaluando si nuestro bienestar se beneficia o no con él. Es dedicarnos tiempo y saber reconocer nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales, y además, una vez identificadas, realizar las acciones necesarias para cubrirlas.
Cuidarse a sí mismo significa preguntarse qué necesito y responder honestamente.
Puede ser tan simple como acostarse temprano después de un largo día de trabajo, o tan difícil como estudiar los hábitos que hemos creado y sus efectos a largo plazo. Cuidarse a sí mismo significa identificar y tomar mejores decisiones sobre nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales, financieras y espirituales.
En un primer lugar, se debe comenzar con el reconocimiento de que nosotros somos los responsables de nuestro propio bienestar y, también, de todo aquello que se extiende más allá del contexto individual: nuestra familia y nuestra comunidad. No eres exclusivamente responsable del otro, pero si los que te rodean se encuentran felices, entonces el ambiente o contexto de las relaciones interpersonales facilitará la comodidad y el bienestar.
El autocuidado es el conjunto de acciones que se toman para proporcionarnos salud mental, física y emocional.
Teniendo esto en cuenta, mientras que un masaje puede ser una forma de autocuidado (¡al menos para mí!), también puede ser salir a caminar, llamar a un amigo para conversar después de un día difícil en la oficina o simplemente no ir a una fiesta para meterse entre las cobijas, leer un poco y dormir.
El autocuidado es relativo: así como cada ser humano es único, el autocuidado es diferente para cada uno de nosotros. La forma en que te cuidas a ti mismo, no es la misma forma en la que otra persona se cuida. El autocuidado también varía día a día. A veces necesitamos un momento para estar quietos y reflexionar, otras veces necesitamos movernos, estar con familiares y amigos o ejercitarnos.
Ventajas de practicar el autocuidado
- Cuidarnos a nosotros mismos, de primeras, ya es un gesto de auto conocimiento, es asumir que somos los responsables de nuestro propio bienestar.
- Se refuerza la autoestima y, con ella, nuestros niveles de bienestar y felicidad.
- Refuerza y mejora la relación de pareja, ya que al querernos y cuidarnos más a nosotros mismos nos permitirá querer y cuidar mejor a nuestra pareja, y en general a todas las personas de nuestro entorno.
- Invita a afrontar la vida con optimismo, ya que el realizar acciones que nos agradan eleva nuestro ánimo y promueve los pensamientos positivos.
- Por lo general, una persona que practica el autocuidado tiende a ser mucho más productiva y eficiente, ya que su ser se siente atendido y es capaz de estar más centrado en el resto de actividades.
- Es una poderosa herramienta de crecimiento personal, el verdadero comienzo de cualquier proceso, evolución o coaching que se afronte en este sentido.
- Mejora notablemente nuestra calidad de vida y proporciona un bienestar íntegro, y en cuanto al ámbito de la salud, estar pendientes de nosotros ayudará a prevenir enfermedades o a recuperarnos de ellas más rápidamente.
Con el autocuidado, aprendes a decir «no» a las cosas que se extienden demasiado y comienzas a hacer tiempo para las cosas que son más importantes.
Hace que visualices mejor tus metas para enfocarte y concentrarte en lo que estás haciendo y es importante para ti. La productividad no es solo para el trabajo, también te hace tener el tiempo para aprovechar al máximo lo que te gusta. Si quieres dedicar el tiempo justo a los compromisos y tener más tiempo para las pasiones, entonces te recomiendo la lectura de nuestro artículo sobre autocuidado en el trabajo.
Autocuidado espiritual
Es una forma de conectar contigo mismo, con tus valores y con lo que realmente te importa, más allá de la condición física o emocional.
Practica con asiduidad la meditación o atención plena.
Conecta con la naturaleza y recréate en la belleza que nos rodea, y en que formas parte de ella.
Inicia un diario de agradecimiento en el que reflejes cada día las cosas por las que te sientes agradecido. Como comentamos hace poco en el blog, practicar la gratitud es un ejercicio con muchos beneficios para nuestro bienestar.
Analiza tu forma de expresarte, ya sea verbal, mental o físicamente. Busca que sea siempre positiva, las malas expresiones te hacen más daño a ti que a nadie.
Busca afirmaciones o mantras que acompañen a tus propósitos y eleven tu espíritu.
Asiste a un servicio espiritual, ya sea religioso, humanístico o una clase de yoga.